Hace un año y medio, cuando apenas acababa de cumplir la
mayoría de edad, el Atlético anunciaba el fichaje de Nehuén Pérez, un
central argentino prácticamente desconocido, que no había debutado en Primera
División argentina, pero del que se tenían unos informes magníficos. Nehuén,
entonces en Argentinos Juniors, era un habitual en las inferiores de
Argentina, además de ser considerado en múltiples ocasiones como sparring
de la absoluta para que Messi y compañía se divirtieran.
El fichaje, por 2’5 millones de euros, va camino de
convertirse en una ganga si el chico sigue por los cauces que hoy parece que
conducen su carrera. Y es que el central ni siquiera ha debutado como
futbolista del Atlético, pero lo que ha demostrado en estos meses de
competición no dan solo para ilusionar a la afición rojiblanca, sino para
esperanzar a la albiceleste.
Nehuén, de manera sorprendente, llegó a las filas del
Atlético el febrero pasado, cuatro meses antes de lo previsto. Su planta quedó
clara desde el primer momento, cuando, el día de su presentación, el evento se
tuvo que retrasar casi cerca de una hora porque Simeone había ensayado con
él como titular para el partido que mediría a su equipo con la Juventus en
Champions League. Nada más lejos de la realidad, al final el técnico prefirió
esconderle y confiar en los chicos de la cantera con quienes ya llevaba meses
trabajando durante esos pocos meses de temporada que restaban.
Las incógnitas sobre su figura crecieron cuando Toni Moya,
centrocampista, jugó antes que él en el primer equipo como central, y los
más escépticos dudaron de su valía desde ese primer momento, sin tener en
cuenta tampoco que se trataba de un muchacho de 18 años que apenas había
jugado tres envites en la Primera Argentina, y que solo llegaba para
acelerar su adaptación y quién sabe si para contabilizar ya días de ciudadanía
nacional en caso de pedir el pasaporte español.
Donde no dudaron nunca ha sido en Argentina. Nehuén
ha sido el capitán, jefe de la defensa y uno de los mejores jugadores del
Sudamericano Sub20 y del Mundial que se jugó el año pasado, y ha sido el
auténtico baluarte de la selección Sub23 que acaba de ganar el Preolímpico y
ganarse un billete para Tokio. Con dos tantos, además, es el segundo máximo
goleador de un conjunto que se ha proclamado campeón invicto y que solo se dejó
llevar el pasado domingo, ya con el trofeo bajo el brazo.
Nehuén lleva el brazalete, pero es un líder que va mucho
más allá. Tiene 19 años, pero asemeja llevar jugando un par de lustros al
máximo nivel. “Me alegro por los chicos”, decía título Sub23 en mano, en
referencia a sus compañeros, como si él estuviera un rango incluso por encima
de los demás. Es un jugador corpulento, muy fuerte en el juego aéreo y con
una buena salida de balón. Tendrá que mejorar, eso sí, su cintura, pues en
espacios cortos aún ha demostrado ser algo vulnerable cuando se ha enfrentado a
delanteros de un mejor nivel.
Su temporada, hasta la fecha, es inmaculada. En el
Famaliçao, equipo que lo tiene a préstamo hasta final de campaña, ha sido una
de las piezas claves de un equipo que ha sido la revelación del campeonato
portugués y del fútbol europeo, y que precisamente se ha empezado a venir
abajo en este mes y medio que el argentino se ha marchado a Colombia a jugar el
torneo.
En Argentina saben de su valía. Lleva desde los 17
subiendo a entrenar con la primera plantilla de la albiceleste, siendo
además frecuente que su marcaje sea el de Leo Messi. Por eso, Zanetti
no ha dudado en convocarle ya para la absoluta, aunque no ha debutado y en
un año en el que coincidía su generación con la del Sub20 y con la nueva
clasificación Olímpica, la AFA siempre le ha querido liderando a los chicos de
su edad.
Necesitados de un gran central dominador, que no
tienen desde hace años, las actuaciones de Nehuén en su primera experiencia
europea, pero sobre todo su buen hacer con las inferiores de la albiceleste han
levantado las expectativas del pueblo argentino hasta el infinito, pues ven en
el jugador el liderazgo de futbolistas como Mascherano y la proyección
en jerarquía defensiva de los mejores centrales que recuerdan.
De su evolución real mucho tendrá que ver su próximo paso.
Portugal es una Liga que se le quedará pequeña, a no ser que vaya a uno de los
tres grandes del país, donde debute en competición europea también. En el
Atlético no parece tener sitio a corto plazo, con Giménez como
piedra angular del proyecto, Felipe y Hermoso como recientes fichajes de
futuro y Savic que, lejos de las lesiones, muestra un nivel más que
sobradamente notable. El montenegrino siempre entra en las quinielas de
traspasos, con la Juventus habitualmente como mayor pretendiente por su buen
cartel en Italia, pero sano es un jugador indispensable para Simeone.
Así, Nehuén deberá buscar una nueva cesión salvo giro de
los acontecimientos el próximo verano. Un lugar donde dar el próximo paso
que le consagre definitivamente como un central de garantías antes de acometer
el gran salto a ser un central top. El chico sigue siendo un absoluto
desconocido para la mayoría, a no ser que uno sea argentino, seguidor del
Famaliçao o simplemente un devorador de fútbol internacional. Su precocidad no
parece tener límites.
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