Dos medallas españolas en el Mundial de Glasgow en pista cubierta. Ana y Fátima, Fátima y Ana. Dos mujeres con una increíble historia detrás, demostrando por enésima vez que el atletismo español hace tiempo que está liderado por ellas.
Cuando María Vasco logró en Sydney 2000 el bronce en 20 kilómetros marcha, superó una barrera nunca antes sobrepasada por una mujer española en el deporte rey de los Juegos Olímpicos. Y lo hizo contra todo pronóstico, pues llegaba a las antípodas con la vigésima marca de entre las participantes. Aún en el podio no podía creérselo. España ya tenía por entonces ocho metales, todos logrados por hombres desde Moscú 1980, una edición en la que no participó ni una sola atleta española.
Además de Vasco, solo dos mujeres han logrado una medalla olímpica para España en atletismo. Ruth Beitia, que cuenta con dos en salto de altura (el histórico oro en Río 2016 y el bronce que recibió en diferido tras la suspensión de la rusa Shkolin en Londres 2012) y Ana Peleteiro, la última en conseguirlo, un magnífico bronce en triple salto en Tokio 2020. La gallega era la gran estrella del equipo español y la única opción fiable de medalla junto a María Pérez, que llegaba como 5º del mundo y campeona de Europa. El palmarés de Peleteiro ya empezaba a ser envidiable: campeona de Europa en pista cubierta en 2019 y subcampeona en 2021, además de bronce mundial en pista cubierta y bronce continental al aire libre en 2018. Subir al podio en Tokio fue completar el círculo y reafirmarse como una estrella a nivel internacional. Por eso tiene más mérito el haber querido hacer un parón para ser madre.
Estaba en su mejor momento, a una edad inmejorable (26) para seguir acumulando éxitos. Pero inició el salto más importante de su vida y ha demostrado que se puede volver todavía con más fuerza. Ana anunció su embarazo en el verano de 2022, un año después de los Juegos. En el octavo mes de gestación, todavía entrenaba con una intensidad bárbara. Dio a luz a finales de ese año, y tan solo seis meses después firmaba un salto de 14,13cm en Castellón. Logró la clasificación para el Mundial de Budapest, un objetivo que se había marcado, pero acabo renunciando. «Por primera vez en mi vida he escuchado a los que más me quieren y la decisión está tomada. Estoy oficialmente de vacaciones. Y sobre todo me voy a disfrutar de mi hija y mi familia».
En noviembre, tuvo que salir al paso de unos rumores que apuntaban a un segundo embarazo. Nada más lejos de la realidad. Peleteiro entrenaba duro para volver a lo grande. En Orense, logró su octavo título de España y la clasificación para un Mundial de Glasgow donde dejó perplejo a más de uno. «Los que tengan ahora la boca callada, que se den la vuelta y se vayan. Pero no pienso en ello, pienso en las que he abierto”, sentenció tras lograr su segundo bronce mundial en pista cubierta, con un salto de 14,75, el segundo mejor de su carrera, el mejor en pista cubierta. Superó en 43cm su mejor marca en este 2024.
«La gente espera al final de su carrera para tomar la decisión de tener un hijo, cuando ya no estás en buena forma. Y yo eso lo tenía muy claro: no quería que mi maternidad supusiese detener mi carrera deportiva. Si a mí, con 37 años, me sale una bebé con cólicos, que no duerme, que llora, digo ‘paso de todo’. Si te sale un bebé así con 27 tienes fuerza para seguir haciendo deporte», explicó en una entrevista en la revista Yo Dona.
Diamé, un sueño hecho realidad
El bronce de Peleteiro apuntaba a ser el único metal cosechado por la delegación española en Glasgow. Pero en salto de longitud saltó la sorpresa con otra discípula de Iván Pedroso. Fátima Diamé, hace años una joven promesa del atletismo nacional (y siete veces campeona de España bajo techo), dio la campanada logrando un inesperado bronce, en un concurso donde firmó una remontada excepcional, logrando su mejor marca (6.78) en el quinto y penúltimo intento.
La de Glasgow es su primera gran medalla a nivel internacional. En el Mundial de Budapest del pasado año se quedó cerca, con un sexto puesto que la situaba ya entre las serias aspirantes. El miedo había sido su peor enemigo, y lo ha conseguido mitigar de la mano de su equipo y el propio Pedroso. «He confiado mucho en su sistema de trabajo. El año pasado ya me dijo que estaba ahí y que podía ganar a las rivales. Necesitábamos ese clic. Mi problema es que mis nulos primeros eran muy buenos y por eso vas con ese miedo. Era un miedo que tenía, ahora no lo tengo y eso lo hemos trabajado mucho», señaló en zona mixta tras hacer su sueño (literal, asegura que lo tuvo justo la noche anterior) realidad.
Así, España se despidió del Mundial con dos medallas, las dos logradas por mujeres. Hay que remontarse al 2006 para ver un Campeonato del Mundo bajo techo con dos o más medallistas españolas. En Moscú, ningún hombre se subió al podio y sí lo hicieron Glory Alozie (plata en 60 vallas), Ruth Beitia (bronce en salto de altura) y Concha Montaner (bronce en salto de longitud). La propia Beitia llegó a ser la única medallista española tanto en Sopot 2014 como en Portland 2016. En Birmingham 2018, Ana Peleteiro compartió protagonismo con Saúl Ordóñez. Desde 2004, las mujeres han ganado el doble de medallas que los hombres (10-5) bajo techo.
En el pasado Mundial de Budapest al aire libre, España firmó su mejor participación y buena culpa tuvo María Pérez con su doble oro en marcha. Tres de las últimas cuatro medallas olímpicas de España en atletismo son de mujeres (dos Ruth Beitia y una Peleteiro, además de la de Orlando Ortega). Todo indica a que en París 2024, el atletismo español volverá a hablar en femenino.
PD: Nunca sabremos hasta dónde habría llegado María Vicente de no ser por su fatídica lesión. Llegaba como líder mundial y arrancó de la mejor forma posible el Mundial ganando la prueba de 60m vallas. Desde aquí le deseamos la mejor de las recuperaciones.
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