Se han hecho cientos de análisis del clásico que mantuvo a millones de personas en vilo el pasado fin de semana. Se enfrentaban el FC Barcelona y el Real Madrid, dos conjuntos que, en principio, tienen un esquema y un estilo que cualquier aficionado al fútbol sabe. Sin embargo, Zinedine Zidane sorprendió en su visita al coliseo azulgrana. Los blancos, que tras la baja de Casemiro hace meses apostaban por un 4-2-1-3, salieron con un 4-3-3 con Modric como el pivote más defensivo merengue. Y allí, en todo un clásico, con un tal Messi pululando por su zona, el de Zadar jugó seguramente uno de los mejores partidos con la zamarra blanca ya que no solo mostró su increíble clase sino su capacidad de robo.
Cuando Casemiro cayó hace unos meses, todo el mundo se llevaba las manos a la cabeza. Se criticó la política de fichajes blanca ya que se aseguraba que sin el carioca el Madrid no tenía un destructor. Pero en uno de los contextos más duros, Modric demostró ser un genio también para ello. Algo que obliga a uno a preguntarse cuál es la mejor demarcación del crack de los Balcanes. En Barcelona, tras la entrada del brasileño, el ex del Tottenham se colocó como interior donde también tiene un peso enorme como para poder ganar, ya no partidos, sino campeonatos.
Los merengues, como ya hablé hace tiempo con Toni Kroos, tienen dos centrocampistas que pueden jugar en cualquier demarcación de la sala de máquinas. Y eso sin nombrar a Kovacic, que sin hacer mucho ruido se ha convertido en un fijo en los onces gracias a su trabajo defensivo y sus bonitas conducciones de balón que atraen marcas rivales.
Quien haya llegado a este punto del artículo, puede llegar a pensar que Casemiro ya no hace falta en el equipo. Nada más lejos de la realidad. Por ejemplo en partidos de Champions League en el que el rival tenga un delantero alto y fuerte capaz de fijar a centrales, su presencia sería capital para liberar a sus defensas. Pero Modric tras su clásico, que le impulsó al Olimpo de los jugadores que siempre recordaremos, nos hace cuestionarnos de qué debe jugar. Con él en el verde, su equipo siempre acabará siendo dominante, eso siempre lo tendremos claro.