Ha pasado ya un tiempo desde que Argentina perdiese su tercera final consecutiva y, por ende, desde que Messi anunciase su adiós de la albiceleste. Un adiós que a buen seguro será temporal, pero que servirá como golpe de atención para enseñarles a los argentinos a valorar lo que tienen. Porque no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Argentina no mereció ganar la final, porque, aunque Chile tampoco lo fue, no fue superior. Y lo mismo con las dos anteriores. En el caso concreto de Messi, el argentino no estuvo cómodo en ninguna de las tres finales siendo la última su mejor. Tres fracasos consecutivos lastran mucho y más cuando lo que está en juego es el mayor de tus sueños: ganar algo con/para tu país.
Messi, por tanto, necesita tiempo. Tiempo para descansar, reflexionar y recuperar fuerzas. No es fácil siempre ser el centro de las críticas y menos cuando gracias a ti en gran medida tu equipo ha llegado a tres finales seguidas. ¿Las ha perdido? Sí, pero para perderlas hay que disputarlas. No cabe duda de que el subcampeón nunca queda en la memoria de nadie, pero tampoco cabe duda que sin Messi ni siquiera hubiesen alcanzado las finales.
El mayor error del argentino, quizá, fue no escoger jugar con España cuando tuvo la oportunidad. España, ese país que le dio una oportunidad, mientras que en el suyo ‘pasaban’ de él. Pero no podía hacerlo. No. Porque él ama su país y sueña con llevarlo a lo más alto. Y en el intento ha caído y ha vuelto a caer hasta desesperarse, hasta anunciar su adiós, pero volverá. Porque es relativamente joven, es un luchador y sabe que necesita intentarlo. Sabe que no puede quedar como un rendido.
Su descanso podría afectar de dos maneras bien distintas al Barça. Por un lado, podría querer dar un golpe sobre la mesa, demostrar por enésima vez quién es y sacar a relucir su mejor versión. Al mismo tiempo, al contar con mayor descanso podrá estar más fresco y, por tanto, tendrá menos riesgo de lesión. Por el otro, podría estar triste por lo ocurrido con Argentina y evidenciarlo sobre el terreno de juego. Su vuelta, antes de hora, a los entrenamientos deja entrever que por ahora, como mínimo, está motivado y eso solo puede ser bueno para el Barça. El tiempo dirá.