A lo largo de los años, la entrega del Balón de Oro suscitó mucha polémica. Un premio individual en un deporte de equipo era raro que no provocara amor y odio a partes iguales en la gente de a pie. En el palmarés de dicho trofeo hay varios futbolistas alemanes (Gerd Müller, Beckenbauer, Rummenigge, Matthäus y Sammer). Además, dos jugadores lo han ganado bajo el escudo de dos clubes de la Bundesliga (Simonsen y Keegan). En total, el fútbol alemán cuenta con diez en su palmarés.
Uno de esos Balones de Oro que recibió el fútbol alemán es el que se llevó nuestro protagonista, Matthias Sammer, un jugador que, como Jürgen Klopp, inició su carrera jugando como atacante y acabó siendo defensa. Sammer entró en el fútbol gracias a una mano amiga, la de su padre, Klaus Sammer, jugador del SG Dynamo Dresden en las décadas de los sesenta y setenta. Klaus aprovechó su estancia en el equipo para incluir a su hijo en la cadena de filiales, mientras él ejercía como centrocampista en el primer equipo. Pasada una década después, cuando Klaus tenía las riendas del banquillo del SGD, hizo debutar a su hijo con el primer equipo y coincidiendo en la plantilla con un futbolista que, más tarde, sería protagonista junto a Matthias en su mejor etapa, Ulf Kirsten.
En el verano en el que Alemania conquistaba su tercer Mundial, Matthias Sammer era traspasado desde el Dynamo Dresden al Stuttgart, de Bundesliga, llegando, por fin, a la liga más importante del país. En Stuttgart estuvo dos temporadas, ganando la liga 1991/92, empatado a puntos con el Borussia Dortmund. Marchó a Italia, rumbo al Inter de Milán, club que la temporada anterior al fichaje de Sammer contaba con tres alemanes en su plantilla: Brehme, Matthäus y Klinsmann. Sin embargo, cuando Sammer llegó, ninguno de sus compatriotas estaba ya en el equipo. La experiencia de Matthias en la Serie A consta de once partidos disputados y cuatro goles marcados. El subcampeonato de liga supo a poco y la poca participación en el equipo propició el regreso del futbolista a la competición germana.
En la temporada del título liguero, Sammer había marcado nueve goles y su compañero Fritz Walter había acabado como máximo goleador, con un total de veintidós. Tras su corta etapa italiana, el nuevo equipo era el Borussia Dortmund, club al que un par de años atrás le ganó la liga tras un empate a puntos. Estaba Ottmar Hitzfeld como entrenador, que precisamente llegó al conjunto de la cuenca del Ruhr la temporada del título del VfB, tras una mala décima plaza la temporada anterior, con Horst Köppel en el banquillo. Hitzfeld contó desde el inicio con Sammer, convirtiéndolo en el defensa que más partidos jugó en la temporada. Aquella temporada hizo cuatro goles, pero el más especial fue el que le marcó al Schalke 04 en el Revierderby, dejando el marcador en un empate a un gol.
El debut en Europa de Matthias Sammer no tardó en llegar. El cuarto puesto de la temporada le otorgó el pase al Borussia Dortmund a la Copa de la UEFA. Motherwell, Slovan Bratislava, Deportivo de la Coruña, Lazio, Juventus. Los rivales iban pasando y el conjunto de Dortmund iba pasando rondas, remontando en los partidos de vuelta. La aventura acabó en semifinales con el sueño del equipo de Hitzfeld, pero en la competición de casa era diferente. De la mano del BVB, Matthias Sammer consiguió su segundo título liguero en tres años, lo que le daba el pase para disputar la ansiada Copa de Europa.
De nuevo se cruzaba la Juventus en el camino europeo del Dortmund. Quedaron encuadrados en el mismo grupo de la Liga de Campeones 1995/96 y los italianos acabaron la fase por delante. Finalmente, en cuartos, los alemanes caerían eliminados ante el que, meses después, acabaría siendo campeón: el Ajax. Mientras tanto, en la Bundesliga, otra vez campeones. El Dortmund se volvía a alzar con el título y Sammer ampliaría su palmarés. El de Dresde marcó uno de sus tres goles aquella temporada a su ex equipo, el Stuttgart, y se llevó el campeonato con una ventaja de seis puntos sobre el Bayern de Múnich.
Su trayectoria le valió para ser convocado por la selección alemana absoluta para la Eurocopa de 1996 en Inglaterra. Sammer se convertía en el primer futbolista de Alemania del Este convocado por la selección germana tras la reunificación. Había sido internacional también con el combinado del Este desde 1986 hasta 1990 y participó en el Mundial de Estados Unidos en 1994, acabando el torneo en quinto lugar. Alemania superó la fase de grupos de 1996 cediendo solamente un empate sin goles ante Italia en el último partido, un resultado que dejaba fuera a la selección italiana y clasificaba a la República Checa a cuartos de final. En la siguiente ronda, Alemania se topó con la Croacia de Boban, Suker y Jarni, entre otros. El marcador lo abrió Jürgen Klinsmann de penalti, a los 20′ del inicio. Davor Suker marcaba el empate en el 51′ y unos pocos minutos después, tenía que ser Matthias Sammer quien desnivelara el marcador a favor de los germanos.
Alemania se iba a ver las caras en semifinales ante la anfitriona, Inglaterra, que había superado los cuartos de final en una tanda de penaltis ante España. Le tocó pasar también una nueva tanda ante los alemanes y, en esta ocasión, salieron perdedores. Alemania llegó a la final y se volvió a ver las caras ante la República Checa. Lo demás, ya lo conocen. Pues bien, Sammer jugó todos los minutos de aquel torneo, convirtiéndose en pieza clave del combinado germano, no solo por marcar el gol que dio el pase a las semifinales, sino por cuajar muy buenas actuaciones en cada partido.
Gracias al título liguero y al de la Eurocopa, Matthias Sammer estuvo presente entre los candidatos al Balón de Oro del año 1996, junto a gente como Alan Shearer, Alessandro Del Piero, Ronaldo Nazario, Karel Poborsky, Davor Suker, George Weah, Gabriel Batistuta, o los alemanes Jürgen Klinsmann, Andreas Köpke, Christian Ziege u Oliver Bierhoff. Sammer fue finalmente elegido en primer lugar, superando en un voto a Ronaldo Nazario y en treinta y siete al inglés Alan Shearer. Matthias Sammer, un defensa, era premiado como el mejor jugador del mundo en 1996. El último alemán en conseguirlo. Desde aquel año, el futbolista que más cerca ha estado de hacerse con dicho trofeo individual es el portero Oliver Kahn, que fue tercero en 2001 y 2002. Matthias Sammer tiene en su honor ser, también, el alemán que más votos ha conseguido en una edición del premio. También en su país le reconocieron su buena temporada. Había sido elegido en 1995 el mejor jugador alemán y repitió éxito un año después.
Pero si pensabas que el futbolista de Dresde había llegado a su punto más alto ya te digo que te equivocas. Con la resaca de la Eurocopa y los títulos individuales nacionales y continentales recibidos a final de 1996, la temporada 1996/97 estaba en plena disputa. El BVB llegaba al parón invernal situado en la segunda posición de la clasificación, empatado a puntos con el Bayer Leverkusen (que contaba con su ex compañero Ulf Kirsten, máximo goleador aquella temporada) y a dos del líder, el Bayern. En la Copa de Europa había pasado la fase de grupos como segundo clasificado por detrás del Atlético Madrid, en un grupo algo fácil en el que también estaban los polacos del Widzew Lodz y los rumanos del Steaua Bucarest. Tanto Dortmund como Atlético Madrid solo perdieron un partido en aquella fase y fue el que disputaron en su campo ante el rival más fuerte del grupo.
Tras superar a Auxerre y Manchester United en las rondas posteriores, el BVB llegaría a la final que, casualmente, se disputaría en el Estadio Olímpico de Múnich. La Juventus, por su parte, había dejado fuera al Ajax, campeón la temporada anterior tras dejar fuera, entre otros, al conjunto de Dortmund. Matthias Sammer era el capitán de aquella plantilla, la extensión de Hitzfeld dentro del terreno de juego. Karl-Heinz Riedle puso la final del lado alemán con dos goles antes del 35′. El partido se estaba decantando para un lado, el de Sammer y los suyos. Marcelo Lippi dio entrada a Alessandro Del Piero tras el descanso y fue él quien recortaría distancias en el marcador en el 65′. Finalmente, Lars Ricken puso el definitivo 3-1 en el marcador un minuto después de ingresar en el partido, sustituyendo al suizo Stéphane Chapusiat.
Aquel jugador que, con poco más de 20 años, había ganado dos de los tres últimos títulos de la DDR-Oberliga con el Dynamo Dresden, que comenzó su carrera como futbolista gracias a su padre en el club de la ciudad que le vio nacer, conquistó dos décadas después el título de la competición continental más importante del mundo, la Copa de Europa, además de ser campeón continental con su país. Pero eso no era lo más importante en la carrera de Matthias Sammer. Lo importante era que podía decir que estaba entre los elegidos que habían ganado el Balón de Oro. El nombre de Sammer se unía a los Beckenbauer, Cruyff, Bobby Charlton, Platini… Para un defensa, eso es todo un orgullo, ya que es un premio reservado, casi exclusivamente, para los atacantes. No obstante, el éxito del Borussia Dortmund y el retorno al triunfo de Alemania a mitad de los noventa llevó a Matthias Sammer a conquistar el trono del fútbol mundial. Desde aquel día, él puede decir «Soy Matthias Sammer y tengo un Balón de Oro».
Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.
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