Que se ocupen las redes sociales y las tertulias televisivas de hablar sobre dinero y fama. Eso parecían decir los jugadores en cada hoyo, haciendo disfrutar durante el fin de semana a todos los seguidores de esta bella disciplina. El final fue ayer puro golf: algo necesario en la tesitura que nos encontramos. Las ofertas saudíes han manchado a un deporte que ayer demostró que puede llegar a ser taquicárdico. Hasta el último golpe aguantó Matt Fitzpatrick, uno de los que se quedarán en el PGA Tour. «Es lo que he soñado siempre. Es algo por lo que he trabajado muy duro durante muchísimo tiempo. Tengo que darme crédito: tuve mucha paciencia», aseguró visiblemente emocionado.
El golfista, que tan solo tiene 27 años, ahora sueña con seguir sumando grandes torneos pese a «cumplir su sueño». «Quiero ir a ganar más ahora, no hay duda de eso. Todavía es fácil desviarse del camino. Solo tengo que seguir haciendo lo que estoy haciendo y, con suerte, vendrán más. Estoy encantado hasta ahora», aseguró.
Jon Rahm, por su parte, hizo un gran juego hasta el día final. El domingo se le empezaron a atascar diversos hoyos y así, golpe a golpe, se alejó del liderato: “Duele con lo bien que he jugado esta semana. Hoy no me he encontrado cómodo con ninguna parte del juego”. Terminó en el duodécimo puesto.
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