Martín de la Puente (Vigo, 1999) es, junto al madrileño Daniel Caverzaschi, uno de los dos mejores tenistas españoles en silla de la historia de nuestro país. De los Juegos Paralímpicos de Tokio hace un mes se fue con un diploma olímpico y su mejor actuación individual. Y hace dos semanas se convirtió en el primer español individual en meterse entre los 10 mejores.
Justo antes de viajar a Cerdeña (Italia) para disputar la Copa del Mundo por Equipos (el equivalente en tenis en silla a la Davis o la Fed Cup), Martín de la Puente analiza en Sphera Sports lo que significa para él entrar entre los 10 primeros, su paso por Tokio y los retos que debe afrontar en el futuro.
“(El top10) Significa una barbaridad de sentimientos. Me vienen a la cabeza muchísimas cosas. Sigo sin creérmelo. Si bien la clasificación es solo un número, el que sabe lo que llevas detrás las horas de tenis, los torneos, las victorias y las derrotas, es uno mismo. El ranking es una consecuencia del trabajo”, comienza explicando Martín, que lo deja bien claro: “Me lo he dejado absolutamente todo con el tenis. Me alegro muchísimo pero no me conformo. Quiero llegar a lo más alto que podamos de esta escalera del tenis. El top10 significa que estamos cerca del grupito de ocho que lidera el tenis en silla mundial. Estoy muy feliz por acercarme a esta gente que es lo mejorcito”.
En los resultados en el tiempo se observa muy claramente la diferencia entre los ocho primeros del mundo y el resto. Su nivel es el máximo y, además, se reparten los mejores torneos, las grandes bolsas de puntos y dinero y la repercusión que conlleva. Como todos, tienen derrotas puntuales, pero a largo plazo, copan las rondas finales y los grandes éxitos en los torneos de mayor prestigio.
Así lo explica el tenista gallego: “Ser top10 supone estar cerca del top8. Hay que hacer un poco más para acceder a otro tipo de vida tenística, de puntos, de dinero y de torneos. Quedan dos personas a las que ‘asaltar’ y ‘comer’ el puesto y eso hay que ganárselo. Hay que seguir trabajando porque con dedicación y esfuerzo todo llega. No hay que conformarse. El top8 es la gran zanahoria del tenis en silla hoy en día. Es muy complicado acceder a ello. Se reparten los puntos en Grand Slam, el dinero y la repercusión. Todo es diferente. Va a haber que trabajar un poco más para conseguirlo”.
En las tres últimas actualizaciones de la clasificación se ha producido un hecho extraño. El 13 de septiembre (hace tres lunes), Martín hacía historia apareciendo el número 10. Siete días después su posición descendía al 11. Y este último lunes, tras haber ganado el ITF2 de Johannesburgo, ha aparecido el número nueve.
Esta volatilidad se explica porque, al igual que en ATP y WTA, las clasificaciones se están reordenando tras la pandemia: “La clasificación está un poco rara. El top10 ha durado una semana porque yo todavía estoy defendiendo cosas de 2019. Como en ATP y WTA. Pero volveré al 10 si todo va bien (ya lo ha hecho). Es diferente ver que una semana estas arriba y otra abajo, pero creo que no hay que obsesionarse con ello. Cuando tenga que llegar llegará. No me esperaba para nada el top10. Toca defender puntos, conseguir los máximos posibles y aprovechar este gran tirón para seguir”.
En una carrera así, el trabajo psicológico para no obsesionarse y pensar en la clasificación como una consecuencia, es fundamental. Y Martín, al analizar este aspecto, también incluye a Caverzaschi: “Para llegar al top8 tanto Dani como yo estamos trabajando muchísimo. Tenemos
que tener grandes resultados en torneos Súper Series e ITF1 (las máximas categorías tras el Grand Slam) donde hay que ganar a los que juegan Grand Slams. Es complicado acceder porque no vale hacerlo bien en ITF2 e ITF3 (categorías inferiores). Tienes que ganar a los grandes en los torneos grandes. Lo tienes que hacer bien en muchos torneos para acceder”.
Y añade: “Ambos estamos apretando mucho, intentando escalar todo lo posible en la clasificación. No debemos obsesionarnos con ello. Cuando llegamos a fechas con torneos importantes y en segunda ronda nos toca el número uno, dos o tres, ese ranking hace que tengamos un respecto excesivo. No nos toca contra un número sino contra otro jugador de tenis que juega bien y tenemos que jugar. Muchas veces le damos tanto valor, que nos hace pasarlo mal dentro de la pista. Necesitamos mejores resultados, un poquito de suerte en torneos grandes y seguir trabando mucho”. No se puede explicar de forma más clara.
Lo penúltimo que hizo De la Puente antes de estrenarse en el top10 fueron los Juegos Paralímpicos. Los segundos para él tras debutar (con 17 años) en Río de Janeiro. En Brasil se llevó un diploma en dobles (cuartos de final, con Caverzaschi) y en Tokio ha igualado sus cuartos de final en dobles y mejorado hasta los octavos individuales: “Los juegos han sido muy buenos para mí, para Dani y para todo el tenis español. Me habría encantado ganar más rondas, pero estoy contento porque sé que mis juegos son los de París 2024 (llegará en plenitud física, tenística y mental con 25 años). He notado un paso más hacia delante y estoy muy feliz por mi papel en los JJPP”.
Imagen de cabecera: Martín de la Puente
