Enrique JULIÁN GÓMEZ – El Tour de Francia ya rueda por carreteras inglesas. El evento deportivo más esperado del mes de julio llega puntual a su cita para amenizar las tarde de los amantes del ciclismo. También disfrutó de la Gran Salida de la carrera el numerosísimo público que llenó la salida, en Leeds, y la meta en Harrogate, además del recorrido por los bucólicos paisajes de la campiña del Yorkshire.
Con la presencia de los príncipes herederos de la corona inglesa, que realizaron el protocolario corte de cinta ante la expectación general, dio inicio la primera etapa con la formación en los primeros metros de la fuga. Sin gran lucha -fueron los únicos que lo intentaron- se marcharon por delante dos franceses, Nicolas Edet -vencedor del maillot de la montaña en la última Vuelta a España-, Benoit Jarrier, del modesto equipo Brétagne, y el sempiterno Jens Voigt.
A sus casi 43 años de edad y en su decimoséptima participación en el Tour de Francia, Voigt no se conformó con formar parte de la escapada sino que se escapó en solitario tras un sprint intermedio. Incapaces de seguir el motor del alemán, sus dos compañeros claudicaron, mientras Voigt se aseguraba el maillot de la montaña en las cotas del día, hasta ser neutralizado por el pelotón a falta de 60 kilómetros de la meta.
En el pelotón la vida no fue tranquila en la primera parte de la etapa. El ritmo impuesto por el tren del Lotto, que expuso la publicidad de sus cascos y su precioso maillot rojo y blanco estilo retro durante toda la jornada, provocó diversos cortes en los pasos por las cotas. La estrechez en los repechos, aumentada por la tremenda afluencia de gente, unida a la velocidad, generó numerosos huecos que pusieron nervioso a más de uno, como aquel en el que se quedaron atrás, finalmente sin consecuencias, Joaquím Rodríguez, Thibaut Pinot, Dani Navarro o Chris Horner.
Una vez el pelotón se compactó de nuevo, el ritmo se redujo al mínimo, un paseo hasta la habitual agitación en los último kilómetros. La larga recta de meta en Harrogate contaba con un repecho más duro de lo que parecía en el libro de ruta, que endureció el sprint. De hecho, Fabian Cancellara, otro clásico de estos ataques de 'finisher', se lanzó al tiempo que pasaba bajo el arco del kilómetro final. Sin embargo, el gran trabajo de Tom Dumoulin permitió llevar a Marcel Kittel con opciones a los últimos metros, con Sagan a su rueda.
Lanzado el sprint y con Cancellara todavía unos metros por delante, Mark Cavendish, en una de sus habituales jugarretas durante los sprints, le dio un cabezazo a Simon Gerrans y provocó la caída de ambos, con el inglés peor parado. Por delante, Kittel superaba a Sagan, a un excepcional Navardauskas y al joven debutante francés Coquard para triunfar en la primera etapa. El velocista alemán, al igual que el año pasado en Córcega, vestirá el primer maillot amarillo del Tour de Francia.
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