Siento pena por Luis de la Fuente. Sí, siento pena por el seleccionador que ha conquistado el primer título de España en los últimos once años.
Llegó cuestionado a la Final Four de la Nations League después de haber dirigido tan solo dos partidos. Una simple derrota contra Escocia fue un motivo suficiente para aquellos que pretendían seguir poniendo en valor la figura de Luis Enrique. También para los que no querían apuntar a los responsables de haber ofrecido el cargo de seleccionador a alguien que desde 2013 solo había entrenado en categorías inferiores.
Tras ganar dos partidos en la Nations League, los detractores de Luis Enrique elogiaron a Luis de la Fuente y sentenciaron que por fin España volvía a tener un buen entrenador por dar protagonismo a jugadores como Rodri o Joselu y preparar las tandas de penaltis. Los defensores del asturiano, en cambio, pusieron el foco en el pobre juego de España sin tener en cuenta el poco tiempo que lleva en el cargo el nuevo seleccionador.
Luis Enrique provocaba crispación y enfrentamiento, claro. Que uno de los deportes que más se practica en España sea el de embarrar era su culpa. No se nos caen los anillos por lanzar opiniones interesadas. Mientras sean contundentes y ensalcen al nuestro y hundan al otro, sirven.
No sé si esta Nations League será un punto de inflexión para la Selección. Con Rodri sí me vengo arriba: España no solo tiene al relevo de Busquets, sino además a un líder. En lo que respecta a Luis de la Fuente, el crédito que tengo hacia él es el mismo. ¡Lleva 4 partidos en el cargo! Una derrota en la semifinal contra Italia no debería haberle costado el puesto y el título no despeja mi incertidumbre por su poca experiencia. Lo que sí tengo claro es que le rodea un tornado. Es una lástima.