Héctor Herrera volvió a vestirse de corto el pasado domingo para ponerse la camiseta del Atlético de Madrid. El mexicano disputó el último cuarto de hora en la victoria del líder ante el Alavés, y recuperó así sensaciones que no tenía. Y es que el ex del Oporto, tan importante a principio de temporada, lleva sin regularidad desde diciembre y no jugaba desde el pasado 31 de marzo, cuando disputó seis minutos ante el Cádiz antes de contraer el Covid19.
El mexicano ha sufrido de todo. Desde una lesión muscular hasta la infección por el virus que tiene encerrado al mundo pasando por el fallecimiento de su madre, motivo por el cual, una vez superada su cuarentena, tuvo que viajar a su país para estar con sus seres queridos. Y aunque su situación ha sido más de no poder que de no querer, el sitio que se había ganado como indiscutible los dos primeros meses de competición parece que ya no es suyo.
Pero si bien él es la mejor cara de la moneda, porque su problema ha sido estar siempre indispuesto para sumarse a las convocatorias, hay algunos jugadores que apenas cuentan con la confianza del entrenador. Es el caso de Renan Lodi. El brasileño, gran inversión y titular el curso pasado, parece haber dado dos pasos atrás en su adaptación hasta el punto en el que, jugando con carrileros, Carrasco, Lemar y Saúl han sido opción en ocasiones en las que él estaba para jugar. De 36 que ha estado disponible ha jugado en 25, pero solo 11 de ellos ha jugado los 90 minutos, yendo de más a menos a lo largo de la campaña.
Vitolo es claramente el jugador que más lejano parece al ideal de Simeone. En los últimos 18 partidos de Liga, apenas ha tenido minutos en uno, en el que salió ante el Levante para jugar en la recta final. Curioso que sea esta la campaña que más le están respetando las lesiones y la que menos oportunidades tenga. Suma 396 minutos en lo que va de curso, de los cuales un tercio corresponde a los dos partidos de Copa. A solo dos duelos de llegar a los 100 partidos con el Atlético, no parece claro que vaya a terminar esta temporada con placa en el Metropolitano.
Extraño es el caso de Lucas Torreira, que fue titular casi sin bajarse del avión y sin entrenar con sus compañeros casi el mismo día que firmó contrato pero que ha ido viendo sus oportunidades reducidas. A poco que uno conozca el nivel y el estilo del charrúa, sabe que encaja en el ideal de Simeone como un guante, pero quizás el cambio de estilo (y la presencia de Koke como único jugador en esa demarcación), la escasa altura del sudamericano (acompañada de la baja estatura media del equipo habitualmente inicial) y ese interés más ofensivo por el equipo esta temporada han terminado con el del Arsenal en un papel mucho más secundario.
Su posición, y su situación, la comparte Kondogbia. Llegó casi como oportunidad, porque era de lo único fichable tras la salida de Thomas el último día del cierre del mercado, y sus pocas oportunidades han tenido más sombras que luces. El ex del Valencia ha sumado más minutos en sus cinco primeros partidos de temporada, donde aún era propiedad del equipo che, que en los 22 siguientes, ya en el Atleti. Ha sido titular en cinco ocasiones, de las cuales el Atlético solo ha vencido en dos.
Mención aparte para Sime Vrsaljko. Eternamente lesionado, el croata arrancó el curso con un problema de rodilla que le dejó inactivo hasta el último partido de 2020. Con la sanción de Trippier, se esperaba que pudiera tener más recorrido, pero tampoco pudo aprovechar esa situación por no estar nunca al 100%, viendo cómo Carrasco, Llorente, el canterano Ricard y hasta Correa ocupaban su lateral. El balcánico apenas ha podido ser de la partida en nueve compromisos.
Casi inédito está Ivo Grbic. El teórico segundo portero del Atlético, eso sí, tiene un 100% de efectividad, porque solo ha jugado un partido que se saldó con victoria, en primera ronda de Copa del Rey ante el Cardassar. Contra el Cornellá no fue de la partida, de manera sorpresiva, y el Atlético cayó. Es normal, de todos modos, estar a la sombra de Jan Oblak.
Cierra este capitulado el último de la fila, Mousa Dembélé. Llegado en enero, compartir posición con Luis Suárez le resta minutos. Tener que ganarse los automatismos del equipo tan rápido en una plantilla en la que como arma ofensiva brilla Llorente y que ha tenido los mejores minutos de Ángel Correa cuando hizo las veces del charrúa, tampoco es empresa fácil para el delantero francés, que poco a poco, eso sí, ha ido contando con algo más de confianza.
El fútbol, eso sí, es imprevisible. La temporada pasada, a estas alturas, Mario Hermoso y Marcos Llorente habrían copado esta lista. Eran, tras Ivan Saponjic, los rojiblancos que menos minutos habían disputado. Los últimos en la rotación. Los que posiblemente, sin pandemia, sin Anfield, en el caso de Llorente, habrían tenido que buscar acomodo en verano en otros destinos. Y hoy a nadie se le pasa por la cabeza un once ideal sin ellos.
Imagen de cabecera: Ricardo Larreina/ImagoImages
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