Paulo Dybala está gozando de una tremenda repercusión durante todo el 2017, su celebración con forma de máscara ha lanzado a miles de usuarios de internet a imitarle en fotografías. Al igual que pasó con Paul Pogba y su famoso ‘dab‘, el bueno de Paulo también está marcando tendencia con la celebración «en honor a los gladiadores», como el propio jugador blanquinegro declaró tras varias semanas de rumor.
Tras esta celebración ha habido un importante equipo que ha sabido manejar a la perfección su imagen, explotándola y sacándole partido a través de redes sociales y con la creación de una web. Pero la vida de Paulo no se ha medido siempre por altas cifras o proyectos ambiciosos. Llamado a ser una estrella, Paulo Dybala debutó a los 17 años con Instituto de Córdoba, dónde llegó con tan sólo 10 años, en la temporada en la que se jugarían por el ascenso a la Primera División Argentina.
Ya siendo un deseado, por ‘La Joya’ se pelearon grandes clubes europeos como el Chelsea o el París Saint-Germain. Fue un equipo italiano quien le ganó la partida al otro contendiente italiano -Inter de Milán- por Dybala, fue la isla de Sicilia el primer destino de un joven jugador que la venía rompiendo desde el continente sudamericano. Tras un traspaso con multitud de polémica entre los propietarios del pase del jugador y la entidad albirroja, siendo el club de Palermo el principal beneficiado en la operación de Paulo Dybala, por el que pagaron 12 millones de € a sus casi 19 años. 1 temporada de acomodamiento le hizo falta a la actual estrella juventina para dar un salto de calidad con el equipo rosanero y firmar su posterior contrato con la Vecchia Signora.
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Llamado a ser el próximo líder de la nueva generación del fútbol argentino, a sus 23 años el punta argentino parece no tener miedo a hacerse un hueco en la generación «maldita» presente en el seleccionado albiceleste, quienes no han logrado vencer ninguna final en los últimos años. Su debut fue amargo, teniendo que cargar con una tarjeta roja y marchándose del terreno de juego entre lágrimas.
Pese a todo, aunque su proyección haya sido fugaz y su postura en el trono del Calcio sea muy firme, los inicios del joven Paulo no fueron diferentes por anécdotas como la que le ocurrió con el Instituto de Córdoba. Portando el ‘9’ y ya como figura del conjunto, tras lograr un hat-trick no le dejaron llevarse un balón, relato al que nombraron irónicamente -o no tan irónicamente- «Éramos tan pobres que a Paulo Dybala no le dejaron quedarse la pelota»