Los Hispanos están en los Juegos Olímpicos de París después de un Preolímpico de Granollers perfecto donde los de Jordi Ribera hicieron un tres de tres en sus duelos frente a Baréin, Eslovenia y Brasil. El partido ante el combinado brasileño fue, sin duda, el que requirió la máxima concentración por parte de España ante una Brasil que plantó batalla hasta el final.
España inició el partido con la premisa clara de que, para ganar a Brasil y certificar su billete a París, tendría que armarse de paciencia y no desesperar para terminar encontrando los huecos en la siempre férrea defensa brasileña.
Espoleada por frustrar ese acercamiento inicial de Brasil, España se colocó con una ventaja de dos tantos, por medio de Ferrán Solé y Tarrafeta. El combinado brasileño recortó distancias. Sin embargo, iba a ser el cuadro de Jordi Ribera el que continuase en todo momento manteniendo la iniciativa en el marcador, pese a que los brasileños no bajaron la guardia.
En el primer parcial destacó Ferrán Solé, que tan pronto anotaba mediante jugada como desde los siete metros y, con cinco tantos, se marchó al descanso como máximo anotador español.
Una ventaja de tres que completó Antonio García obligó al seleccionador brasileño a pedir un tiempo muerto. La charla técnica pareció surtir efecto sobre los de Marcus Ricardo de Oliveira que lograron marcharse con tablas al descanso.
Tras la reanudación, y después de unos minutos donde continuó esa igualdad que imperara en esos compases finales de primera mitad, España se hizo fuerte con la movilidad y el vértigo de dos jugadores siempre eléctricos como Álex Dujshebaev y un Dani Fernández.
A pesar de situarse con hasta cinco tantos arriba, Brasil, lejos de darse por vencida, protagonizó un arreón donde anotó hasta cuatro tantos seguidos para meterse de nuevo de lleno en el partido. Sin embargo, esta vez fue España la que supo controlar la situación para romper esa buena dinámica brasileña. España tiró de garra liderado por los tantos vitales de su capitán, paradas salvadoras de Corrales y el apoyo de un Palau d’Esports de Granollers con casi 5.000 espectadores.
