Llegó el día que siempre soñó. 17 años después de empezar a dedicarse al levantamiento de pesas de forma intensa, Loida Zabala se ha erigido como campeona de Europa en halterofilia. Lo consiguió el pasado domingo en Tbilisi (Georgia) en la categoría de -50kg tras levantar 93. Nunca antes había subido a lo más alto del podio a nivel continental, pero siempre había figurado entre las mejores. En 2013 y 2018 logró sendos bronces en Europeos. Se le resistía el oro y lo ha logrado con 35 años, en el último tramo de su impresionante trayectoria.
Las cosas nunca han sido fáciles para Loida, que sufrió una inflamación en la médula cuando era pequeña y pasó un largo tiempo en el hospital. Salió en una silla de ruedas, pero no se quedaría de brazos cruzados. Hizo todo lo posible por tonificar sus brazos, hasta convertirlos en su mayor virtud. Las pesas se habían convertido en parte de su vida y cuando le propusieron probar con la halterofilia, se lo pensó muy poco. En cuanto el entrenador del equipo español le avisó de sus cualidades, cambió Navalmoral de la Mata (Extremadura) por Oviedo, donde pasó nueve años. Después tendría la oportunidad de vivir en México y entrenar junto a su mayor ídolo, una Amalia Pérez que ha disputado seis Juegos Olímpicos y se ha proclamado campeona en los últimos cuatro. De allí volvió como campeona del Open de las Américas.
Se convirtió en una pionera absoluta en la halterofilia paralímpica. La primera en acudir a unos Juegos, la primera en subir al podio en competiciones internacionales… Su dominio en nuestro país es incontestable, pues acumula 17 títulos consecutivos de campeona de España. Fuera de nuestras fronteras, siempre ha estado en el top-10 mundial, con medallas en Copas del mundo, pruebas europeas, campeonatos europeos (los dos bronces mencionados) y los cuatro diplomas olímpicos en sus cuatro participaciones. Los de Londres estuvo a punto de no disputarlos porque su exnovio le lesionó el brazo. Fue víctima de maltrato físico y psicológico, y además le robó el coche. Un mes después tenía que competir en Londres. Llegó y logró mejorar su resultado en Pekín: del 7º al 5º puesto.
Aquello le hizo más fuerte. Desarrolló una fortaleza mental que le ha acompañado hasta hoy. Siempre con una sonrisa en la boca y luchando por mejorar la vida de los demás, se ha hecho conferenciante, actriz y tiktoker, y trata de ser un ejemplo para aquellos que pasan por su misma situación. Convirtió su minusvalía en una virtud. «Se puede demostrar, tanto a los jóvenes como a los mayores, que se puede hacer un papel exactamente igual sentada que de pie. Hay muchísimos personajes que se pueden hacer en silla de ruedas. La sociedad cambiaría ese punto de vista de la discapacidad”, explicó en una entrevista en MARCA.
Su oro en el pasado Europeo es el premio a la insistencia en una carrera brillante marcada por altibajos y superarse así misma. Tras los Juegos de Río decidió participar en una competición con halteras sin discapacidad, un Campeonato de Europa que se disputaba en Málaga. La preparación no fue fácil, porque sufrió fiebres a causa de una caída que le provocó una herida interna, y también tuvo que adaptarse a una nueva postura. Pese a todo, acabó conquistando el oro para la sorpresa de todos los allí presentes. Había logrado transmitir un mensaje alto y claro, el que siempre lleva por bandera: “Demostrar que la discapacidad no existe, que todos somos iguales”.
Su retirada estaba programada de aquí a los próximos cinco años, pero con París 2024 de fondo y la oportunidad real de conquistar la ansiada medalla olímpica, es imposible pensar en colgar las mancuernas. Lo que está claro es que para Loida Zabala no hay límites que valgan.
Foto principal: @loidazabala