Lo que el Lyon se llevó

A veces los sueños se cumplen. Otras veces, por el contrario,
simplemente se posponen. Nunca, nunca, nunca, se desechan. Los sueños han de
guardarse en la caja de los deseos, aquel íntimo y particular lugar de
encuentro de todos nuestros anhelos e ilusiones. Un espacio en el que los
sueños se mantienen a salvo de cualquier agente externo que pueda estropearlos.
Una caja en la que los sueños se protegen, se cuidan y se alimentan hasta el
punto en que, de nuevo, llega el momento de ponerlos sobre la mesa, a la vista
de todos. 

El FC. Barcelona soñó en grande. Alimentó sus ilusiones y creyó en
sus posibilidades. Sin embargo, esta vez no pudo ser. Sus sueños se vieron
interrumpidos por una terrible pesadilla, el temible Olympique de Lyon. Dos
derrotas en la eliminatoria de cuartos de final – con un cómputo global de 3 a
1 (2-1 en la ida y 0-1 en la vuelta) para las galas – acabaron con las aspiraciones
del equipo español de volver a alcanzar las semifinales. Una piedra en el
camino que desbarata los deseos de conquistar la Liga de Campeones este año
pero que no disipa ni hace que se desvanezca el sueño del conjunto azulgrana de
alzarse campeón de la máxima competición europea en un futuro.

Un sueño que las de Fran Sánchez vuelven a guardar en su
particular caja de los deseos pero que, en ningún momento, desechan. Porque no
pudo ser esta vez pero, sin duda, habrá más oportunidades. Aún queda camino por
recorrer para alcanzar el nivel de un conjunto como el Olympique de Lyon, el
cual aspirar a levantar su quinto título de Champions (el que sería el tercero
consecutivo). Aún queda camino, efectivamente, pero lo andado hasta el momento
hace callo, obliga al conjunto azulgrana a madurar y, sin duda, a seguir
peleando sin descanso. 

El sueño de volver a unas semifinales de Champions – lo logró por
primera vez en su historia la pasada temporada (2016/17) – no se cumplió en
esta ocasión pero, sin embargo, esta eliminatoria dejó cifras para el recuerdo.
Tan importante como las victorias es el apoyo de la afición y, cómo no, la
sensación de que el fútbol femenino interesa cada vez a más aficionados. Claro
ejemplo de ello fue este último encuentro ante el Lyon en el Miniestadi, el
cual rompió todos los récords de asistencia. 12.178 espectadores presenciaron un
vibrante partido que, asimismo, cerró la sexta participación consecutiva del
Barcelona en la Liga de Campeones.  

Números que convierten al Barça en un equipo cada vez más hecho a
los grandes escenarios, a las grandes citas y a los rivales de máxima
categoría. Un conjunto que no afronta su mejor temporada y que acusa una
importante falta de gol y una sorprendente irregularidad. No obstante, siguen
aspirando al título liguero, manteniendo la segunda plaza y acechando (a un
punto) al Atlético de Madrid. Un Atlético que, casualmente, sólo necesita sumar
un punto más para asegurarse su participación en la próxima Champions. Así pues,
lo que el Lyon se llevó fue la victoria, la eliminatoria de esta Liga de
Campeones 2017/18, pero no pudo llevarse la ilusión y los deseos de un equipo,
el FC. Barcelona, que sueña cada día con hacer algo muy grande.