Jugar en el Liverpool siempre ha sido un privilegio, por encima de lo deportivo, los hombres que han vestido sus colores tienen una mirada especial, la de los ganadores. El club inglés ha sido referente tanto por sus éxitos como por su manera de entender el fútbol y todo lo que rodea a este juego. Sin embargo, en menos de un año, el Liverpool se ha diluido como un azucarillo y ha pasado de estar luchando por la Premier League a firmar otra temporada decepcionante. El vetusto Anfield empuja lo que puede, pero las andanzas del Liverpool son ahora menos fulgurantes que hace dos décadas. La hegemonía en Inglaterra terminó en 2011 (el Manchester United ganó su decimonovena Liga) y la FA Cup de la temporada 2005/06 es el último gran título que recuerdan las huestes reds.
Causas del desplome del Liverpool:
Graves problemas defensivos: los problemas atrás son un mal endémico que no logran solucionar. Durante el curso anterior, el Liverpool recogió el balón de su portería hasta en cincuenta ocasiones. Unos números que no casan con los de un equipo que estuvo a un suspiro de ganar la Premier. Empero, el equipo solía sacar los tres puntos en la mayoría de partidos y el problema quedaba relegado a un segundo plano. Su capacidad goleadora ha menguado y ya no pueden vivir del “ya marcaremos un gol más que el rival”.
Ni Simon Mignolet ni alguno de los mimbres de la defensa actual son defensores de primerísimo nivel. El guardameta belga va a rachas, capaz de hacer el partido del siglo y realizar intervenciones milagrosas para, el fin de semana siguiente, salir en todos los sumarios de la jornada por su monumental fallo. Con la línea de zagueros, Brendan Rodgers se ha mostrado muy dubitativo, combinando la defensa de tres centrales y dos carrileros con la clásica línea de cuatro. Un hándicap que parecía maquillado, que no arreglado, con la llegada de Lovren procedente del Southampton por una importante suma de dinero. No obstante, no está siendo la pieza clave que logre detener la hemorragia y de hecho ni siquiera ha logrado asentarse en el once del técnico norirlandés. Los dos laterales españoles, Javier Manquillo y Alberto Moreno, están teniendo más sombras que luces y en el caso del jugador cedido por el Atlético de Madrid, ha pasado de ser titular indiscutible en las primeras jornadas a ser un asiduo del banquillo y la grada. Por su parte, Alberto Moreno, tampoco anda nada atinado en tareas defensivas y sus errores ya le han costado varios puntos al equipo. Nadie pone en duda su meteórico futuro, pero el Liverpool es un equipo grande y necesita que sus jugadores rindan al máximo de sus posibilidades desde el primer día. Paciencia y Liverpool son dos conceptos llamados a no entenderse.
Problemas en el medio centro: las dificultades del Liverpool en la posición del mediocentro posicional tampoco pueden pasarse por alto. Tras la gran inversión económica realizada en verano parece ilógico que el Liverpool no destinara una parte del dinero de Luis Suárez a reforzar esa demarcación. Fichar un medio centro posicional debería ser una de las prioridades para el próximo mercado. Un jugador que te asfixie y que esté presente en toda la zona ancha del campo, férreo y compacto defensivamente, que sea capaz de robar balones y dar el pase que conecte con los jugadores que guardan la esencia de la creatividad; un futbolista inteligente tácticamente y que aporte fluidez a las posesiones. Lucas Leiva y Gerrard han sido los futbolistas más utilizados en esa posición, pero los problemas físicos del brasileño son el cuento de nunca acabar, y Steven Gerrard hace ya tiempo que está lejos de su plenitud física.
Ausencia de un delantero goleador: Tras la salida del astro uruguayo, el Liverpool no dudó en acudir al mercado para tratar que la salida de su estrella pasara lo más desapercibida posible. Por el momento, los fichajes no están respondiendo de la forma esperada, y el Liverpool ha pasado de tener unas cifras anotadoras elevadísimas a ser un equipo que adolece de gol. Borini, Lambert y, sobretodo, Balotelli, no están logrando hacer olvidar a Suárez. El curso pasado, los pupilos de Brendan lograron marcar 101 goles y entre Suárez y Sturridge, 52.
El delantero italiano vuelve a defraudar. Un gol en catorce partidos es el pobre bagaje de Mario Balotelli, que continúa pretiriendo los buenos consejos de su entrador, como si conseguir un final trágico para su carrera fuera la única opción posible. Y a pesar de ser consciente de estar ante su última gran oportunidad para triunfar en un grande de Europa, el italiano sigue estando envuelto en papel cuché. Con unas condiciones físicas y técnicas excelsas, pero con una cabeza llena de pájaros. Balotelli tiene épocas de genio, pero nunca será un grande.
Por otro lado, los hombres de segunda línea (Lallana, Coutinho, Markovic…) tampoco están teniendo unas cifras anotadoras demasiados elevadas y Daniel Sturridge se ha pasado gran parte de la temporada entre algodones o bajo de forma. Por si fuera poco, Sterling no está por la labor de renovar su contrato y el problema no es el dinero, sino que quiere estar en un proyecto que le permita ganar títulos.
Paul Ince: “El Liverpool debe vender a Balotelli lo antes posible si quiere volver a recuperar su viejo espíritu de equipo. Fue una decisión extraña la de fichar a Balotelli. Rodgers pensaba que le serviría después de la venta de Suárez pero si ni Mourinho ni Mancini no supieron entender al muchacho, ¿por qué Rodgers pensaba que podría hacerlo?”
La figura de Brendan Rodgers: la figura del preparador norirlandés también está siendo muy cuestionada, más por parte de la afición que desde el propio club, pero la posible vuelta de Rafa Benítez a la ciudad del Mersey cada vez suena con más fuerza. Cero títulos en tres años es un saldo demasiado exiguo para un club avezado a conquistarlos a pares hace no tanto tiempo. Su equipo está a siete puntos del Manchester City (cuarto clasificado) y con un partidos menos, pero cuesta creer que sean capaces de remontar el vuelo en la recta final y salvo giro inesperado de los acontecimientos no estarán en la próxima Champions League. Además, su papel contra el Chelsea, Manchester United, Manchester City y Arsenal en la Premier League tampoco es demasiado positivo: 12 derrotas, 6 empates y 5 victorias.
Fracaso en Europa: tras varios años sin codearse entre los mejores del continente, el Liverpool fracasó en una competición que ha conquistado hasta en cinco ocasiones. Todo y que volver al más brillante escenario continental era el objetivo de la temporada anterior, la diversificación de esfuerzos ha sido un óbice que no han sabido gestionar. Encuadrados en un grupo relativamente sencillo, el rendimiento del combinado red en la Champions League ha sido paupérrimo. En la fase de grupos sólo fueron capaces de conseguir una victoria y en el partido del todo o no nada contra el Basel, no encontraron soluciones para sobreponerse al conjunto suizo. En la Europa League tampoco tuvieron un rendimiento loable y para más rémora, cayeron eliminados por penaltis en la misma portería en la que lograron ganar su quinta, y hasta el momento, última Champions League.
Vivo en Tamarite de Litera, una pequeña localidad de Huesca. Actualmente estoy cursando cuarto curso de Derecho en la Universidad de Lleida.
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