Lo mejor que le podía pasar a Argentina tiene nombre y apellido: Lionel Sebastián Scaloni. En todos los aspectos. La noche de ayer es solo otra muestra que confirma que la apuesta por aquel inexperto que generó dudas y acabó regalándole la gloria a todo un país, sigue escribiendo una bella historia. Otra clasificación a un Mundial, un nuevo triunfo del ‘Superclásico’. Los brasileños no ganan a Argentina desde 2019.
Sin Lautaro y sin Messi, la ‘Albiceleste’ goleó a Brasil. El equipo, los muchachos. Protagonizó un monólogo de toque, un discurso perfecto con la pelota. En el Monumental no se sirve caipirinha, solo mate. Apagó la radio Scaloni para poner un tango argentino. Danza de pareja; cuerpo técnico y jugadores. Caminata, cambios de dirección, baldosa, giro. Parece que pudiéramos estar hablando de fútbol. Cosas del arte.
Lo de Argentina fue un ejercicio coral, una coreografía de goles, apoyos e interpretación. El técnico de Pujato, con cuatro títulos debajo del brazo, ha creado su propia obra. La misma que no puede explicarse sin su personalidad. Scaloni es como un tango; elegante y emocional. Su idiosincrasia equilibra los egos, las chispas y las revoluciones de esta locura llamada fútbol.
Le vimos emocionarse hace escasos días, otra vez, cuando Nicolás Falcón, un periodista uruguayo, le preguntó y agradeció su presencia. Su sensibilidad es un argumento imprescindible para explicar la historia de esta Argentina. Ayer, tras ganar, desvió el foco para darle el mérito a sus jugadores, explicó que lo primero que hizo al entrar al vestuario fue llamar a su familia y también tuvo palabras conciliadoras. “Lo disculpo a Raphinha porque sé que no lo hizo a propósito, defiende a su selección. Estoy completamente seguro de que no ha querido herir a nadie”.
Sus dosis de humildad y autenticidad son una ventaja para el combinado albiceleste y un regalo para el balompié. Un tipo sensato que mantiene los pies en la tierra. Sabe que esto no será eterno y, sencillamente, lo está disfrutando. Decía Ernesto Sábato que “las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”. Se emociona con la selección porque la siente en el pecho. La pasión en la sangre, la entrega en la piel. Al tango lo envuelve un abrazo; Argentina es una familia que Scaloni ha unido a la perfección para que lo siga bailando.