Se hizo el silencio. Messi, con molestias, no podía continuar y se sentaba en el verde a la espera de que Arda entrara. Quedaba media hora de juego y la renta era mínima, pero pasara lo que pasara lo peor de la noche iba a ser la lesión del argentino. Rotura muscular en la pierna derecha y 3 semanas de baja: no reaparecerá hasta pasado el parón de selecciones.
La vida sin Messi es dura y así se comprobó en la media hora final contra el Atlético. Cierto es que no es fácil de llevar la lesión de tu mejor jugador si a ello le sumas un gol encajado justo después, pero al Barça le faltó imaginación. Messi hace mejor a sus compañeros, transmite confianza y desahoga el juego como nadie. Es evidente que el equipo notará su baja, pero es lógico pues es el mejor jugador de la historia azulgrana.
Neymar será el encargado de liderar al equipo en los 3 partidos que el argentino causará baja. Cierto es que en el tramo final contra el Atlético no brilló, pero también lo es que jugaba demasiado escorado a banda, con pocos espacios y menos ayudas. Quizá debería haber centrado su posición, como se espera que haga a partir de ahora. Sin Messi, Neymar jugó con libertad y brilló la temporada pasada. Se echó el equipo a la espalda durante dos meses y el Barça encadenó goleada tras goleada. En este sentido, la preocupación, por parte de los culés, es mínima.
Sobre quién debe ser el que sustituya al argentino la respuesta depende del rival. Alternativas las hay y muchas. Desde Rafinha, pasando por Denis o Arda, a Alcácer. Si opta por cualquiera de los tres primeros, es de esperar que el esquema se mantenga en un clásico 4-3-3 con Neymar con libertad. Si, por el contrario, el que juega es Alcácer, el esquema podría variar a un 4-3-1-2 o 3-4-1-2 con Neymar de enganche y dejando libres las bandas. Lo que sí queda claro, por otro lado, es que si el elegido no es Alcácer su fichaje quedará en entredicho: se le fichó, entre otras cosas, para desatascar partidos como el del Atlético y no jugó ni un minuto; ahora, con la lesión del argentino, es de esperar que llegue su momento.
La vida sin Messi es menos espectacular, pero tiene la ventaja que obliga a sus compañeros a dar un paso adelante. El Barça sigue dependiendo del argentino 10 años después de su debut, tal y como se vio contra el Atlético. Y es normal, pues por algo se le considera el mejor.