Ganar la Premier League seguramente sea una de las mayores proezas que el fútbol recuerde pero ganarla sin sentir el aliento de ningún otro equipo, triplica el mérito. Así dice Ilie Boeufve (aka La Media Inglesa). Salvo catástrofe mundial, pasarán las doce y la cenicienta seguirá teniendo zapato de cristal y con su primera Premier League bajo el brazo. Un equipo con un entrenador que fue despedido y casi exiliado, un hijo de portero que siguió el oficio de un padre leyenda, un central jamaicano, jugadores con nombres para chiste fácil, un delantero que visitaba la comisaría cada día de partido y un jugador que hace dos años estaba perdido en la segunda división francesa y ahora es el MVP de la competición. Del objetivo inicial al sueño final hay varios peldaños de dificultad y todo con casi la misma plantilla que realizó la gesta la temporada pasada con una racha de victorias en la recta final para conseguir la salvación y no bajar. Una fábula que merece ser contada.
No ha sido el fútbol más vistoso pero sí el más efectivo. Un tributo al fútbol directo. Una oda al contraataque. Volar y no ser visto, es el sueño de todos y la clave de los foxes. Repliegue, dejar jugar al rival, ganar en metros de salida y activar el modo recuperación con Kanté merodeando cerca del esférico, del creador, extremo y pivote rival. De un lado a otro, con el bloque replegado y dos tres hombres al acecho. Era cuestión de tiempo, que los decibelios del King Power Stadium fueran en aumento. Una vez balón recuperado, salida express con pocos toques, con abuso del balón largo y bajo la responsabilidad de Mahrez o Vardy, encargados del gol. Así se ha ganado al Chelsea, Everton, Tottenham, Liverpool o Manchester City entre otros.
Según el número 146 de la revista CIES Football Observatory, del total de pases de los equipos de las grandes ligas europeas, el Leicester City con un 6,9% es el tercer equipo de Europa que más acusa el balón largo, siendo el primero de Inglaterra por delante del Sunderland con 6,7% y WBA con un 6,5% respectivamente. Nadie dijo que fuera fácil pero así lo pareció. Una pequeña idea que acomete un gran plan. Sencillo y plano, sin complicaciones y mucho trabajo ha llevado a escribir al Leicester una de las páginas más bonitas de la historia del fútbol. Una oda al fútbol directo. Sin pausas ni intermedios,