Las hermosas Islas Caimán son conocidas básicamente por dos cosas: sus hermosas y paradisíacas playas, donde el agua es cristalina y los amantes del buceo son felices, y por ser uno de los paraísos fiscales más importantes a nivel mundial, aunque según la Unión Europea han logrado sacarse ese mote, aunque habría que ver hasta qué punto esto es cierto.
Las Caimán nunca se destacaron a nivel deportivo. En los Juegos Olímpicos su participación es prácticamente de relleno (desde Montreal 1976 a la fecha no han conseguido nunca quedarse con una presea, y ni que hablar en la versión invernal), mientras que en fútbol es una de las peores naciones a nivel global. Debutaron en unas eliminatorias mundialistas recién para Francia 1998, aunque apenas han podido cosechar cinco empates en 17 juegos (si tomamos en cuenta la reciente caída ante Surinam por 3-0 en el inicio del camino hacia Qatar 2022), sin haber conseguido todavía un triunfo. Su mejor torneo fue en 1995, cuando lograron un histórico cuarto lugar en la Copa del Caribe que albergaron con Jamaica. Allí lograrían dejar en el camino a Antigua y Barbuda y Guyana Francesa antes de sucumbir con Trinidad y Tobago y Cuba. El goleador del equipo sería Lee Ramoon, quizás el deportista más trascendental de las islas y a quienes muchos frikis pudimos conocer el año pasado.
Y me detengo allí ya que es necesario contar algo personal para que se entienda lo que quise decir. Los inicios de la cuarentena 2020 debido al covid fueron duros, muy duros. En mi caso, al vivir solo, los primeros meses los pasé sin poder ver ni a mis padres ni a mi novia, por lo que aquello, sumado a estar en un departamento en donde no tengo acceso a un poco de pasto como para al menos respirar aire fresco, hizo que los días se me hicieran eternos, solitarios y por momentos, complicados incluso mentalmente. Pero fue allí donde apareció uno de los entretenimientos que logró hacer de mis tardes algo más amenas y divertidas.
El colega Víctor Romero, que trabaja en Marca y es especialista en fútbol underground, decidió realizar vivos por YouTube (ahora los transmite en Twitch) donde jugaba con una selección pequeña en el FIFA Road To The World Cup 1998 en un intento por llevarlas al Mundial y, porque no, ganarlo. Obviamente que, al poner el juego en una dificultad alta esto era sumamente complicado, pero que bien que nos la pasábamos mirando como San Marino o Samoa intentaban dar grandes golpes ante oncenas poderosas.
Y entre las selecciones que utilizó estaba justamente la novata Islas Caimán, que contaba con un goleador que era letal en el juego (siempre que lo usaba él, claro está). Aquel muchacho era Ramoon, un moreno que en los campos virtuales se movía bien y que era capaz de obrar verdaderos milagros. Los fans de Víctor terminamos teniendo devoción por el caimaneso.
Si bien y como ya dije las Caimán siguen esperando ese histórico triunfo mundialista, lo cierto es que si tuvieron en Lee a su obrador de milagros. Pequeños (para los estándares del fútbol moderno y de los hinchas de sillón de Twitter), pero milagros, al fin y al cabo. Nacido un 29 de enero de 1965, el delantero logró llevar a los suyos a todas las Copas del Caribe en las que participaron (1991, 1994, la mencionada de 1995 y 1998, aunque en las tres restantes terminaron su andar en fase de grupos).
Ramoon, que se formó en la King University de los Estados Unidos, tuvo una trayectoria bastante larga, con pasos por la reserva del Stockport City (donde convirtió su único gol a los juveniles del Everton) y luego yendo de club por club británico, como fue los casos del PC Strikers, Altricham, Winsford United, Burscough y Porthmadog antes de volver a su casa para jugar por 15 años en el George Town, el tercer máximo campeón de la liga caribeña. Mientras jugaba en Gran Bretaña aprovechó el tiempo al máximo, ya que realizó una maestría en la Universidad de Manchester.
El caribeño, que jugó entre 1988 y 2010, no se quedó quieto ni un instante tras su retiro, ya que tuvo un cargo en el gobierno de las Caimán, entrenó a los juveniles isleños de entre 14 y 17 años, fue galardonado con la Orden del Mérito de la FIFA (algo que solo tienen unos pocos elegidos, como Pelé, Lev Yashin, Alfredo Di Stefano o Johan Cruyff) y hasta llegó a ser el presidente de la federación. Una vida para nada agitada, y eso que solo tiene 56 años.
Al máximo goleador de la historia de las Islas Caimán (debutó en el seleccionado con solo 14 años, cuando este ni siquiera era parte de la FIFA) le voy a estar agradecido de por vida, ya que fue una parte fundamental de mis buenos momentos durante lo peor de la cuarentena, cuando estaba solo, triste, un poco vacío y sin ni siquiera partidos de fútbol para ver. Bueno, en realidad siempre lo tuve a él durante esas ya míticas partidas de las Islas Caimán en su ardua lucha por viajar a París. Gracias por tanto.
Imagen de cabecera: CaymanCompass.com
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