Los periodistas están encantados con las ruedas de prensa de Javier Tebas: el dirigente de LaLiga ama estar en todos los periódicos. Cada vez que le cuestionan algo polémico él no esquiva las preguntas. Eso es raro en un político como él. De hecho, su gran contrincante, Rubiales, es especialista en despejar balones cuando no le interesa la película por la que le preguntan. Cada uno tiene su estrategia.
El caso es que esta mañana insípida, al inicio de una semana con poco balompié y tras el atracón navideño, Tebas ha hecho una aparición pública. Por supuesto, el gran tema de conversación ha sido la nueva Kings League, esa competición que han creado un puñado de millonarios mezclando a jugadores de ligas regionales con algunos profesionales ya retirados. Su respuesta ha sido colosal. Esto recogía Marca en su página web: «Esto es como si dices que Pasalabra puede ser competidor de LaLiga. Lo único que se parece es que se juega con un balón y que hay que meter goles. No me imagino haciendo lo de enigma en LaLiga. Es un circo«, aseguró.
No han tardado los críticos del deporte rey, que parece que cada vez son más, en meterse con el dirigente español. La realidad es que no comprendo tales comentarios. A Tebas, con el que no compartiré muchas cosas, no le falta razón. Siempre lo digo y me reafirmo: si alguien necesita estimularse con el móvil en un envite futbolístico, quizás es que no es tan aficionado al balompié. Si ellos prefieren divertirse con lo que ven por Twitch es muy respetable, pero los demás queremos seguir viendo un Rayo-Betis el domingo por la tarde. Si lo permitís.
Como él mismo ya ha deslizado, si queremos hacer una comparación real con los datos habrá que esperar un poco más. No se puede, tras una jornada, concluir que LaLiga está muerta porque hay gente que prefiere ver al equipo de Ibai por otro lado. Por no hablar de los que descartan ver los choques de la máxima competición estatal por medios legales. Quieren matar el fútbol y ya no saben cómo.
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