Si las caras algunas veces son un poema y otras el espejo del alma, las caras de los futbolistas en un terreno de juego dicen mucho más de lo que expresan ante un micrófono.
“Todos los rivales son difíciles”, “sólo pensamos en el próximo partido”, “el fútbol es así” o “hay que seguir trabajando”. Son sólo algunas de las frases memorizadas que repiten una y otra vez ante los periodistas. Pero lo que dicen sus expresiones cuando se visten de corto, eso no lo pueden (o no lo quieren) esconder. Para bien o para mal.
He aquí dos ejemplos.
Primero, Luis Enrique sobre Borja Iglesias: «A Borja ya le conozco muy bien, cuando yo estaba en el Celta, él estaba en el filial. Lo lleva haciendo muy bien desde hace tiempo, tiene poder para asociarse, tiene gol. Hasta me gusta su estilo, siempre está sonriendo en el campo». Es así, siempre sonríe, hasta cuando se ‘pica’ con algún rival (aunque eso pasa pocas veces).
El segundo ejemplo: João Félix. Un jugador que desde que ha llegado al Atlético de Madrid ha sido una montaña rusa en todos los sentido, tanto por juego como por críticas. Muy a su pesar, las caras del menino dicen mucho más que su calidad. Por recordar un par de ejemplos recientes (aunque podríamos remontarnos a temporadas atrás), me viene a la mente el derbi, y la cara de pocos amigos que puso al ser sustituido. No le gustó demasiado la decisión del Cholo y se marchó directamente al vestuario, y poco después regresó al banquillo.
En la pasada jornada recado del Cholo al portugués antes de medirse al Sevilla: “Tenemos ilusión de ver al mejor João Félix y dependerá de lo que nos puede dar”. Contra los hispalenses primera suplencia de la temporada, después de haber tenido algunas molestias con su selección. El caso es que jugó los últimos minutos y sin demasiada trascendencia pero ni siquiera estuvo en las celebraciones con el equipo al final del partido. Las caras. O la ausencia de ellas. Y contra el Brujas, apenas 10 minutos. Es verdad que empezó la temporada como un tiro, pero poco a poco ha ido perdiendo influencia. Y de nuevo hemos vuelto a ver al João de las (malas) caras de la temporada pasada. Y la cosa se le puede poner peor si Simeone sigue apostando por el 4-1-4-1 del Pizjuán. Ahí el luso puede ser el gran sacrificado. Todavía no ha marcado este curso y no asiste desde la primera jornada.
Me niego a pensar que un jugador tenga que responder por la cifra que un club pagó por él, sí por el sueldo que cobra. Pero independientemente del sueldo que cobre el portugués, los 120 kilos que pagó el Atleti por él no deben ser el motivo de su rendimiento. Él no eligió esa cantidad. Pero sigue sin mostrar una versión regular, sin dar el paso a liderar al equipo, sin ser decisivo. Y su rendimiento está por debajo de las cualidades que tiene y se le presuponen. Tiene un enorme talento y técnicamente es seguramente el mejor jugador que tiene Simeone en el equipo pero no llega. O quizás, es que el estilo Cholista no le viene bien para su juego. Cuando se aleja del área, desaparece. Pero el caso es que por un motivo u otro, la montaña rusa sigue en marcha y mientras, el Atleti sigue esperando a João.
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