Corría el año 1912, era 25 de mayo, y venía al mundo un niño que iba a cambiar el fútbol español unos años después. Su nombre: Isidro Lángara. Lángara nació y creció en Pasajes, Guipúzcoa, donde comenzó a darle patadas a un balón. Pronto destacó y jugó en los mejores equipos de la zona, hasta que, en 1930, cuando Isidro tenía tan solo 18 años decidió dejar su País Vasco natal para irse al Real Oviedo, por aquel entonces en Segunda División.
En 1932, cuando todavía jugaba en Segunda División, fue llamado por la Selección Española. En 1933 consiguió ascender con el Real Oviedo a Primera División, lo que supuso el primer ascenso del club carbayón a Primera División. En las tres temporadas siguientes, Lángara consiguió ser ‘Pichichi’ de la competición, al conseguir 27, 26 y 27 goles en esas tres campañas. Además, el Oviedo consiguió quedar tercero en las temporadas 1934/35 y 1935/36, siendo Lángara una pieza importante en la consecución de la que es, hasta el momento, la mejor clasificación del Real Oviedo en su historia en Primera División.
En Oviedo formó la delantera más famosa de la historia del club carbayón, la ‘Delantera Eléctrica’. ‘Casuco’, Gallart, Emilín y Herrerita eran los otros componentes de este magnífico quinteto, recordado y pronunciado de carrerilla por todos los aficionados del Oviedo. Aquella delantera aseguraba mínimo 50 goles por temporada, y es historia viva del club azul. Además, Lángara es todavía recordado hoy como uno de los jugadores más importantes de la historia del Real Oviedo.
En su primera etapa en tierras asturianas logró anotar 281 goles en 220 partidos, cifras que están a la altura de los mejores delanteros de la historia del fútbol. Después de esto, fue encarcelado por sus ideas políticas, aunque pronto salió de prisión. Además, en 1937 se enroló en las filas de la Selección de Euskadi, con la que hizo una gira por todo el mundo, para promocionar el País Vasco. Un compañero de selección le recomendó que se fuese a Argentina, y eso hizo Lángara. Se marchó a Argentina, donde fichó por San Lorenzo de Almagro.
En su primer partido en tierras sudamericanas deslumbró a propios y extraños. El ‘Vasco’, como allí le llamaban, anotó los cuatro goles de su equipo en la victoria por 4-2 frente a River Plate, uno de los equipos más potentes de Sudamérica. Pasó varios años tanto en Argentina como en México, donde también deslumbró. Después de esto, decidió poner fin a su exilio voluntario, y decidió volver al Oviedo. Allí no fue el mismo que en su primera etapa, pero se retiró rodeado del cariño de todo el oviedismo.
Todavía hoy, Isidro Lángara es el futbolista con mejor promedio goleador en la historia de la Selección Española de fútbol. El que fuera delantero del Real Oviedo tan solo jugó doce partidos con España, una cifra muy baja para un jugador de su nivel. Sin embargo, anotó 17 goles en esa docena de encuentros, lo que hace que tenga un promedio goleador de 1,42 goles por partido.
Pocos aficionados al fútbol conocen a Lángara hoy día, no obstante, el cariño que se le profesa en Oviedo es todavía latente, porque comulgaba con el lema del club: orgullo, valor y garra. Además, fue un grandísimo futbolista, y fue protagonista de la mejor etapa de la historia del Real Oviedo. Por eso, y por ser un jugador histórico de la Selección Española se le debería recordar. Asimismo, sus cifras en los años 30 eran propias de las actuales por parte de los Messi, Ronaldo, Suárez… De haber jugado en este tiempo, estaríamos hablando de un futbolista de leyenda. Exactamente lo que Lángara fue.
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