Juan Carlos Osorio es uno de los grandes nombres en la
primera fase del Mundial de Rusia 2018. El seleccionador de México ha
conseguido que El Tri gane por primera vez a Alemania, vigente campeona, en la
historia de los mundiales. Su planteamiento sorprendió a Joachim Löw, incapaz
de reaccionar ante la intensidad y el ritmo impuesto por los mexicanos. Para
conocer a nuestro protagonista, nos trasladamos a una ventana de Liverpool.
El técnico colombiano vio truncada su carrera como
futbolista a los 24 años debido a una grave lesión. Su carácter luchador le
impidió dejar de lado al fútbol y comenzó su preparación para convertirse en
entrenador. En 1990, Osorio se graduó en Ciencias del Ejercicio y Rendimiento
Humano en la Southern Coneecticut State University de EEUU. Hasta 1997, el
actual seleccionador de México estuvo trabajando en un equipo juvenil de Nueva
York, hasta que decidió dar el paso más importante de su vida. “Le dije a mi
esposa –a día de hoy seguimos juntos-, que quería perseguir mi sueño para
lograrlo, así que vendí todo lo que tenía. Desde relojes hasta un automóvil.
Todo para pagar dos años de un máster de Ciencias y Fútbol en la Universidad
John Moores de Liverpool. Mi mujer se quedó en Estados Unidos”.
Nada más llegar a Inglaterra, Juan Carlos Osorio se marchó a
la ciudad deportiva del Liverpool FC para ver el entrenamiento del club
británico. “Fui el primer día, fui el segundo, fui el tercero, y el cuarto día
me di cuenta de que era imposible entrar a las prácticas”. Fue entonces cuando
el colombiano rodeó todo el recinto hasta encontrar una pequeña rendija que le
permitía ver parte de la sesión. Quizás, demasiada alta. Miró a su alrededor,
observó la casa número 11 de Crown Road y no dudó en llamar al timbre para
pedirle una escalera que le permitiese seguir el entrenamiento. Mary McManus,
la dueña de aquel hogar y seguidora del Everton, le ofreció una mesa sorprendida
por la cortesía de aquella persona. A la hora de entregarla, limpia, Osorio
observó en aquella casa una ventana con una vista privilegiada a Melwood. El
colombiano realizó una propuesta a la familia. Ofreció 50 libras por semana por
vivir en esa habitación que le permitiría seguir diariamente los entrenamientos
del Liverpool sin perder ni un solo detalle. Mary se negó en primera instancia,
pero tras hablar con su esposo Tom y viendo la ilusión en los ojos brillantes
de Osorio, decidieron aceptar. Gratis.
Una vez instalado, el actual seleccionador mexicano solo
tenía que comprarse unos prismáticos y rezar para que la lluvia –incesante- le
dejara ver los métodos de Roy Evans y Gerard Houllier, técnicos que por aquel
entonces formaban un tándem especial en el Liverpool. Durante dos años, el
tiempo que duró el máster, Juan Carlos Osorio permaneció en la casa de una
familia que acogió al colombiano como un miembro más.
En 2001, y tras una aventura en el New York MetroStars, el
entrenador colombiano regresó a Inglaterra para convertirse en asistente de
Kevin Keegan en el Manchester City. Comenzaba a dar los primeros pasos de un
sueño que parecía convertirse en realidad. Eso sí, la navidad la pasaba junto a
sus dos hijos en casa de la familia McManus, al lado de Melwood. «Lo que me mostró y creo que a nuestros dos hijos, es que si
quieres lograr algo en la vida tienes que estar totalmente decidido a hacerlo.
Desde el día en que lo conocimos descubrimos que tendría éxito», relata
Tom.
Unos prismáticos, una mesa, una ventana, una
familia bondadosa seguidora del Everton y mucho trabajo. Así fueron los inicios
de un entrenador que, a sus 57 años, sorprende al mundo en Rusia 2018.
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