Dele Alli, la gran estrella del Tottenham Hotspur y de la selección inglesa, guarda una historia muy dura. La historia de una infancia horrible provocada por una situación familiar bochornosa. El joven futbolista no tuvo un camino fácil antes de saltar a la fama mundial con sus brillantes actuaciones con los Spurs. Su padre, Kehinde, lo abandonó en Londres una semana después de que naciera y más tarde se lo llevó, con apenas 8 años, a Lagos (Nigeria), donde era un príncipe millonario de una tribu llamada Yoruba.
A los 11, ambos se mudaron a Houston y pasados dos años su padre se marchó a Canadá y lo dejó de nuevo en Londres junto a su madre, Denise, que tenía ya cuatro hijos con diferentes padres y serios problemas con el alcohol tras un complicado divorcio. Las peleas en casa eran constantes y las malas compañías afloraron. Andaba de un lado para otro por un barrio en el que imperaban las armas y las drogas.
Entonces, a la edad de 13 años, Dele fue dado en adopción para sacarlo de aquel ambiente nefasto para un niño. El joven fue a parar a casa de Harry Hickford, su mejor amigo de las categorías inferiores del Milton Keynes Dons. Denise y los servicios sociales decidieron que la mejor opción era que Alli se mudara a Cosgrove a vivir con su amigo y los padres de éste, Alan Hickford y su mujer Sally.
Aquella decisión cambió la vida de Dele Alli. A saber que sería de él sin ese cambio de hogar. «Tuvo una infancia dura. Los años de formación lo transformaron en un chico que siempre jugó sin miedo», ha declarado en alguna ocasión Mike Dove, el responsable de las categorías inferiores del MK Dons. El fútbol fue también su salvación. Jugando se evadía de todos los problemas familiares.
En febrero de 2015 fichó por el Tottenham por un total de 6.63 millones de euros aproximadamente. Un miseria en comparación con lo que podrían sacar los Spurs con su venta al Real Madrid u otro equipo a día de hoy. Desde su traspaso al conjunto de White Hart Line, sus padres biológicos no saben nada de él. Han intentado en numerosas ocasiones hablar o contactar con su hijo, pero se niega. Incluso ha cambiado el nombre de Alli por Dele en su camiseta. «Siento que no tengo ninguna relación con el apellido Alli», manifestó la estrella del fútbol británico y una de las mayores promesas mundiales que ahora está viviendo una nueva vida bien distinta.
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