Ahora que se ha hecho oficial el fichaje de Erling Haaland por el Manchester City me viene a la cabeza la historia de Guardiola con los delanteros. Una historia de amor-odio si nos ceñimos a la frase que dijo en 2016: “Si pudiese jugar con 11 centrocampistas, lo haría”. Incluso años antes, en su paso por el Bayern de Múnich, había quien consideraba al técnico de Santpedor ‘el gran enemigo de los delanteros centro’. Pero si nos remontamos más atrás todavía, en su etapa en el Barça dejó claro, sobre todo en el tramo final, que no era entrenador de delanteros centros puros. Eto’o no encajaba en su idea de juego y le vendió al Inter de Milán tras decir que no tenía feeling con el jugador. La llegada de Ibrahimovic al club azulgrana, no cambió demasiado su percepción entorno a la figura del 9. Sonados fueron sus rifirrafes con el reciente fallecido Mino Raiola, representante del sueco. Fue entonces cuando Messi apareció en escena, personificándose en la figura del ‘falso 9’. Ahí ya no había marcha atrás. El falso delantero centro supuso un antes y un después para el fútbol y también para la carrera en los banquillos de Pep. En el Bayern, la figura de Lewandowski superaba cualquier estilo de juego, pero en el City de nuevo emergió esa posición que recayó en jugadores como Ferran Torres, Phil Foden o incluso Kevin De Bruye. Tan sólo la calidad del Kun Agüero le volvió a reconciliar con el delantero de toda la vida. Lo dicho, amor-odio.
Ahora, se enfrenta a sus principios con la llegada a Manchester de Haaland, un delantero centro puro. Como bien dijo en su día el director deportivo del City, Txiki Begiristáin, el gol se paga. Concretamente 60 millones (+ prima de fichaje y demás). Con este movimiento la entidad citizen se adelanta a la larga lista de clubes que querían ficharle y consigue la pieza que le faltaba. Por mi parte, agradezco que el culebrón haya acabado antes de empezar el verano. Es un detalle.
Haaland será la prueba definitiva en la relación de Guardiola con los delanteros centro. Pragmatismo en estado puro. ¿Qué le ha faltado al City esta temporada para rematar la faena? Posiblemente una de las principales cosas ha sido gol. Y no porque no haya sido un martillo en la Premier, sino porque en los momentos decisivos (léase los cuartos de final o las semifinales de la Champions) le ha faltado puntería. Y eso es lo que ha fichado con el gigantón noruego, una máquina de marcar. Este nuevo matrimonio también será una prueba de fuego para el propio jugador que ha estado acostumbrado en los últimos años a ser la estrella del Dortmund. Ahora le tocará bailar rodeado de otro elenco de estrellas. Ver cómo se desenvuelve en ese nuevo terreno será también muy interesante. La calidad la tiene, el gol también. Le toca dar otro paso al frente.
Parafraseando al desaparecido Mino Raiola, “si Eto’o no vale bien, si Zlatan no vale bien, si Villa no vale bien, ¿dónde está el delantero que Guardiola quiere? Tiene que construir uno biomecánicamente”, pues bien, Guardiola ya tiene a su delantero construido biomecánicamente.
Imagen de cabecera: Manchester City