A mediados de los 2000 e inicios de la década anterior los países del Caribe, los cuales son en su mayoría los más débiles de la CONCACAF, decidieron abrirse en busca de un talento que no poseían en casa. Aprovechando sus raíces coloniales, invirtieron sus fuerzas y el poco dinero que tenían en un exhaustivo scouting en naciones como Inglaterra, Francia o Países Bajos (sobre todo en divisiones menores), buscando encontrarse con hijos o nietos de los propios isleños que se marcharon de sus hogares en pos de un futuro mejor.
La selección de Aruba es, evidentemente, una de las más débiles de la región. Tuvo autonomía como equipo a finales de los años 20´ antes de integrarse a las Antillas Neerlandesas entre 1958 y 1986, cuando volvieron a jugar de manera independiente. Pero sus participaciones no fueron las mejores desde entonces, llegando incluso a ser la selección 202 del ranking FIFA en el 2008. Con el inicio de la siguiente década empezaron a encontrar mejores resultados, sobre todo en la clasificación para la Copa del Caribe, pero sabían que necesitaban más para poder estar a la altura de selecciones regionales más potentes. En el 2011, entonces, realizaron un seminario cuyo objetivo principal fue el poder visualizar las problemáticas que tenía la paradisíaca isla dentro del deporte rey y como podían hacer para potenciar su fútbol.
“Los nuevos jugadores, las estrellas del futuro, pueden provenir de cualquier país, no solo de las grandes potencias futbolísticas como Alemania, Brasil, España o Argentina. Pongamos como ejemplo Surinam y los grandes talentos que han salido de allí. ¿Por qué no van a salir de Aruba?” comentaría Teófilo Cubillas, la leyenda peruana que se encontraba presenciando el evento. A su vez, la Federación de los Países Bajos, también presente (dado que el país es quién rige los designios de los caribeños), dejó en claro que seguirían ayudando con todo lo que pudieran, sobre todo con los cursos para los entrenadores arubanos.
Uno de los clubes del país europeo que dijo que le tendería una mano a la selección de Aruba fue el Sparta de Rotterdam, un equipo con una más que rica historia (siendo hasta seis veces campeón de los Países Bajos y hasta llegando a competir en varias oportunidades en los torneos internacionales). Un año antes de aquel seminario el medio Soccernews.nl decía lo siguiente: “El personal técnico del Sparta impartirá algunas clínicas y cursos en Aruba. Además, los entrenadores juveniles y los empleados de la Asociación de Fútbol de Aruba seguirán las prácticas en el club de Rotterdam. También se ha acordado que cada año se ofrecerá capacitación de tres a cinco talentos de Aruba. Además de seguir desarrollándose como jugadores de fútbol, también siguen una formación MBO para convertirse en entrenadores deportivos. Si los futbolistas no consiguen un contrato, pueden continuar en el sector deportivo. El nombre de Aruba también aparecerá en la camiseta del Sparta. Sparta tiene actualmente tres arubeños bajo contrato, a saber, Joshua John y los hermanos David y Eric Abdul”.
Es aquí cuando aparece, entonces, el personaje de este relato, Joshua John. Nacido en Alkmaar un 1 de octubre de 1988, este extremo izquierdo ha logrado hacerse un nombre en los Países Bajos, tanto en la propia institución de Rotterdam (donde estuvo desde el 2007 hasta el 2012) como gracias a sus distintos pasos por otras ligas del continente, ya que jugó también en el Twente neerlandés, en el Nordsjaelland danés, el Bursaspor turco y el Kaizar de Kazajistán, antes de volver el año pasado a su país, más específicamente en el VVV Venlo de la Eredivisie.
John -que tuvo un paso por las inferiores del Ajax- tuvo la posibilidad de ponerse la casaca naranja de la Orange, siendo internacional hasta en cinco oportunidades con la Sub 21, donde disputó las eliminatorias para la Euro de dicha edad, llegando a marcar un par de goles a Grecia y Liechtenstein y compartiendo vestuario con jugadores como Tim Krul, Jeffrey Bruma, Vurnon Anita, Georginio Wijnaldum o Luuk de Jong.
Sin embargo, y pese a este paso por las juveniles, no fue tomando en cuenta por la selección mayor, algo que aprovechó a la perfección la federación isleña, la cual fue rápida para tentarlo en el 2014 con la posibilidad de defender al lugar de nacimiento de sus progenitores. John aceptó finalmente la oferta con el tiempo, quizás entendiendo que no tendría lugar en un conjunto cuyos nombres de ataque eran Arjen Robben, Memphis Depay, Robin van Persie, Quincy Promes o Klass Jan Huntelaar.
Su debut no llegó hasta el 2018, arribando justo para ser parte del equipo que afrontó las eliminatorias para la recién inaugurada Liga de las Naciones de CONCACAF. Antes de aquello conseguiría competir internacionalmente, logrando incluso convertirle un gol al Chelsea en la caída por 6-1 del Nordsjaelland por la Champions League. Sin embargo, y pese a que allí le iba muy bien, las continuas lesiones fueron mermando las posibilidades de crecimiento, algo que también le ocurriría en Turquía, pasando de ser una promesa del fútbol neerlandés a tener que ganarse el pan en la primera división kazaja.
Quienes si aprovecharían su enorme calidad y velocidad serían unos isleños agradecidos por verlo ponerse su casaca amarilla con mangas celestes, la misma que se colocaron, por ejemplo, sus ex compañeros en el Sparta, los hermanos Abdul. Joshua terminó siendo clave en su debut con Aruba, dando dos asistencias en el triunfo por 3-1 ante Bermudas, victoria que sería crucial para meter al equipo en la Liga B (en el medio le anotaría a Santa Lucía su primer gol en una derrota por 3-2).
Para desgracia de los fanáticos, John no estaría presente en los primeros cuatro choques de la segunda división, algo que los isleños sintieron sobremanera, cayendo en todos los compromisos y sellando su descenso hacia la última división. Finalmente, él disputó los últimos dos duelos, en lo que fueron sendas derrotas ante Guyana (4-2) y Antigua y Barbuda (3-2), aunque al menos se sacaría las ganas convirtiendo su segundo tanto con el seleccionado ante estos últimos.
El mes que viene espera poder ser parte de la aventura más grande que podría tener: disputar las eliminatorias rumbo a Catar 2022. Canadá, Surinam, Bermudas y las Islas Caimán serán sus rivales y él deberá ser el faro en el que se puedan proyectar sus compañeros de selección, muchos de los cuales hacen armas en clubes de cuarta y quinta división neerlandesa y alemana, además de en la propia liga local. Pero, por lo pronto, Aruba sigue soñando con encontrar a más Joshuas Johns para seguir creciendo y, porque no, planificar un futuro mejor.
Imagen de cabecera: Imago
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