La temporada 2022 ha sido la primera en la que Sergio Pérez ha conseguido terminar el campeonato entre los tres mejores en la tabla de puntos. Tras un primer año de adaptación en Red Bull, el mexicano ha sabido dar un paso adelante y mostrarse como un gran piloto, satisfaciendo durante gran parte del año las necesidades de su equipo para el rol que se le pide desempeñar.
Comenzó el año a un gran nivel, hasta el punto de que algunos planteaban tras el Gran Premio de Mónaco, séptima cita del calendario, que podía ser aspirante al título. El mexicano se colocó a 15 puntos de Max Verstappen tras ganar en el Principado, y dado el buen nivel mostrado se comenzó a hablar sobre si sería capaz de llegar a finales de año con opciones de pelear el mundial. Idea descabellada, pero posible sobre el papel.
La realidad, y así se mostró en las siguientes carreras, es que Max Verstappen ha estado varios pasos por delante. Así lo demuestran sus 15 victorias en 22 Grandes Premios. El neerlandés ha estado imparable.
Bajo mi punto de vista, y tras analizar la temporada, no veo a Sergio Pérez con opciones de hacerle frente al vigente campeón a pesar de pilotar en el mismo equipo. En primer lugar, porque, a pesar de tener las mismas armas, estas están diseñadas para el estilo de pilotaje de Verstappen. El motivo es obvio. Un equipo siempre busca maximizar su rendimiento y para ello lo mejor es crear un entorno de trabajo que facilite el buen rendimiento de mejor baza.
Por ello, y por mucho que pese, es normal que el monoplaza no esté diseñado para Pérez. En otros equipos donde hay más igualdad se podría entender una mayor paridad de diseño para contentar a ambos pilotos, pero la situación de Red Bull es muy especial y a ‘Checo’ le toca convivir con ella.
El neerlandés es la cara del equipo. El proyecto es por y para él. Así lo demuestra su renovación hasta 2028. Red Bull tiene su piloto soñado. Un chaval al que hicieron triunfar en Fórmula 1 convirtiéndose en el piloto más joven de la historia en ganar en su día de debut para Red Bull y que posteriormente se ha convertido en bicampeón mundial.
A Pérez le toca vivir en este ambiente y, como siempre ha hecho en Fórmula 1, le toca sacar el mejor partido a las armas que se le han dado. Bien es cierto que quizás nunca pueda luchar por el campeonato en el entorno Red Bull, pero quién le iba a decir a él que podría luchar por victorias y estar continuamente en el podio cuando a finales de 2020 estaba sin asiento.
Puede que desde mi posición sea muy fácil hablar tan fríamente de su situación y si se tratase de Fernando Alonso o Carlos Sainz me costaría mucho más escribir estas líneas, pero creo que es muy bueno para todos, y especialmente para los seguidores del mexicano, plantar los pies en el suelo con su situación.
No niego que sea un grandísimo piloto. Simplemente escribo estas palabras para poner en contexto su situación y decir que, si Red Bull no trabaja más para él no es por querer hacerle la vida imposible, simplemente porque al otro lado del box tiene a uno de los mayores talentos de la historia de la Fórmula 1, el cual es la principal apuesta del equipo. Esto es así. Se quiera aceptar o no.
Imagen de cabecera: Galería Red Bull