El árbitro está a punto de pitar el final de la primera parte cuando un balón se pierde en el área, sin dueño. Entonces aparece Alexia Putellas y pasa a la izquierda, donde se encuentra Leila. Sí, es defensa, pero acomoda el cuerpo cual delantera y remata de primeras, cruzado, imposible para Musovic.
Locura en el Barça. Sus jugadoras saben de la trascendencia del gol que acaba de marcar la lateral izquierda. Hace justo un año las culés acariciaban el sueño de las semifinales y veían cómo se les escapaba de la punta de los dedos. Entonces, Leila Ouahabi se encontraba en Valencia, trabajando en silencio con la intención de volver a casa. Allí se convirtió en una de las mejores carrileras del fútbol español, y no se lo pensó dos veces cuando aterrizó en la selección española a la llamada de Jorge Vilda.
No tardó la entidad azulgrana en reaccionar una vez acabada una temporada decepcionante. Leila regresaría al equipo que le dio su primera oportunidad, donde siempre soñó triunfar. Rápidamente se convirtió en indiscutible para Xavi Llorens y ya es la que más cerca está de ocupar el lateral zurdo de España en la Eurocopa de este verano.
Ahora sabemos que su solvencia defensiva, su velocidad y su destreza en lanzamientos lejanos no son sus únicas virtudes. En las últimas semanas ha demostrado tener, además, el don del oportunismo. Algo de lo que quienes están tocados por una varita son capaces de presumir.
Y es que Leila Ouahabi, de ascendencia marroquí, futbolista gracias a su hermano Nabil y de una tez morena característica, ha marcado dos goles que pasarán a la historia del fútbol español femenino. El primero en la final de la Copa Algarve, primer título en la historia de la selección española. El segundo, en Malmö, ante un equipo curtido, con experiencia y con jugadoras de primer nivel mundial, para colocar al Barça a un paso de sus primeras semifinales de Champions.
Todo ello, además, el día de su cumpleaños. Estar tan cerca de hacer algo grande puede llevar a la obsesión o la imprudencia, pero Leila lo tiene claro. «Ha sido un gol importante. Nos permite llevarnos la victoria, pero aún queda mucho. Hay que pensar en competir igual o mejor en la vuelta (…) Todavía queda mucho, no hay que fiarse, hay que seguir compitiendo al máximo». Con jugadoras como ella, el esfuerzo está garantizado. España está a punto de asomar la cabeza entre los cuatro mejores equipos del continente gracias a la mujer de los goles importantes.
Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).