Un nuevo proyecto rojiblanco se tambalea. El Atlético de Madrid ha anunciado el adiós de Óscar Fernández, un técnico en el que se tenían muchas esperanzas en su contratación la pasada campaña tras hacer un gran papel en el Madrid CFF. No conseguir el objetivo de meterse en Champions y el irregular inicio liguero en este curso han provocado su cese cuando todavía no se ha cumplido el ecuador de la temporada.
No da con la tecla la dirección deportiva desde el adiós de Ángel Villacampa primero y José Luis Sánchez-Vera después. El ciclo ganador de ambos técnicos (tres Ligas consecutivas) ha dado paso a una inestabilidad continua en el banquillo, hasta el punto de ver hasta seis cambios de técnico en apenas cuatro años. Futbolistas como Laia Aleixandri o Amanda Sampedro hablaron en este medio sobre lo que provocaba para el grupo esta inestabilidad.
“No nos dio tiempo a construir algo sólido. Hubo muchos cambios, tanto de entrenador como de plantilla, en poco tiempo. Y eso en un equipo que venía de ganar tres Ligas y con un equipo sólido, lo nota (…) He compartido vestuario con jugadoras muy talentosas. Y he visto cómo se han ido yendo. La base sólida es lo que te da resultados”.
Laia vivió en sus carnes hasta cuatro cambios de entrenador: Sánchez-Vera por Pablo López, Pablo López por Dani González, Dani González por Sánchez-Vera y finalmente Óscar Fernández que fue el único de ellos en aguantar una temporada entera en el banquillo, la 21-22. El proyecto del Atlético parecía virar en todos los sentidos con la llegada de jugadoras (sobre todo nacionales) asentadas en la Liga española. Fernández firmaba por dos años en su primer gran reto en el fútbol femenino español, y rápidamente se caracterizó por imprimir intensidad y ritmo alto a sus jugadoras, al tiempo que optaba por un juego más directo y vertical, aprovechando la velocidad de jugadoras como Sheila, Banini, Ajibade o Deyna Castellanos. Ludmila, que no cuajó una buena temporada, había recuperado su mejor versión estos últimos meses hasta la grave lesión de rodilla.
Pero el Atlético, que ocupó zona Champions durante casi todo el curso, nunca pudo igualar la regularidad de la Real Sociedad (subcampeona) y vio como el Real Madrid le adelantaba en las últimas jornadas, dejándole sin jugar competición europea por segundo año consecutivo. Óscar Fernández siguió en el banquillo más por agarrarse al proyecto que a la confianza depositada en él. El Atlético está a solo tres puntos del tercer puesto en Liga F, pero de los 12 partidos disputados no ha ganado ninguno ante sus rivales directos: empató con Madrid CFF y Real Sociedad con idéntico resultado (1-1) y perdió con el Levante de Sánchez-Vera (2-1), Barça (1-6 en el Metropolitano) y Real Madrid (1-0). Perder el derbi en los minutos finales con el gol de Kathellen Sousa a la salida de un córner fue la gota que colmó el vaso. Pocos minutos después se consumó su despido.
El Atlético confía ahora su proyecto a Manolo Cano, un viejo conocido del club (dirigió al Juvenil A masculino con el que ganó el triplete en la 17-18), que se ha desvinculado de un Villanovense que marchaba a dos puntos del descenso en el grupo 5 de la Segunda División RFEF. No cuenta con experiencia en fútbol femenino, pero sí con ilusión: «Siempre se dice que cuando uno es feliz siempre quiere volver y hoy lo puedo hacer realidad. Estoy muy contento e ilusionado con esta nueva etapa y espero que sea igual de feliz y productiva”, dijo en medios del club. Solo ha firmado hasta final de temporada. El reto que tiene por delante es mayúsculo en un equipo con mimbres para mucho más, pero en un contexto difícil para cualquiera. Mucha suerte.
Foto principal: Atlético de Madrid