La temporada 1994-1995 no fue una buena temporada para el Manchester United, perdieron la liga con el Blackburn en la última fecha al no poder vencer al West Ham, sumado al fracaso liguero, el United perdió la final de FA Cup ante Everton, en ese mismo año. Tras dos temporadas exitosas, en las que el equipo de Old Trafford ganó 4 trofeos (2 ligas, 1 FA Cup y 1 Charity Shield), un año en blanco, fue bastante duro para los diablos rojos y las salidas de figuras importantes y experimentadas como Paul Ince, Mark Hughes y Andrei Kanchelskis, no daban un buen augurio para lo que sería el futuro del equipo.
Llega el 19 de Agosto de 1995, comienza una nueva temporada (la 1995-1996) y Ferguson decidió arriesgar en cuanto a la confección de su plantilla, en vez de traer refuerzos importantes, el técnico escocés, se decantó por un grupo de chicos que venía haciendo ruido en Inglaterra tras ganar la FA Youth Cup de 1992, el talento de estos muchachos era serio y difícil de ignorar, algunos de ellos, ya habían jugado con el primer equipo, pero como conjunto fueron comparados inclusive con los míticos “Busby Babes” de los años 50, entre esos jóvenes, se encontraban nombres como los de David Beckham, Paul Scholes, Nicky Butt, Ryan Giggs, o los hermanos Neville (Phil & Gary). Para muchos expertos, este enfoque fue sumamente arriesgado y se dudaba de la capacidad de estos jóvenes para brillar en el nivel más alto del futbol inglés pero para Sir Alex (en ese momento solo era Alex), era el paso lógico para la construcción de otro nuevo gran equipo ganador.
El rival del United, en este primer partido de la 95-96 era el Aston Villa, en principio, una visita a Villa Park no era el escenario más ideal para este nuevo United, pero Fergie nunca dudó de sus muchachos. Los diablos rojos iniciaron el partido con una formación peculiar (3-5-2), en donde no contaban con un 9 definido, todo el contexto para estos jóvenes pintaba para un desastre y efectivamente así fue, tras muchas dudas en defensa y un dominio total de los villanos, el marcador reflejaba un 3-0 rotundo en la primera parte favorable al equipo de Villa Park, dirigido en ese entonces por Brian McClair. En la segunda parte, se mostró una mejora considerable por parte del United pero aun así no pudieron dar vuelta al resultado y simplemente lograron descontar con un gol de David Beckham para el 3-1 final.
Las críticas a Ferguson no se hicieron esperar tras la derrota, quien llevó la bandera del ataque, fue nada más y nada menos, la leyenda del Liverpool, el señor Alan Hansen, luego del partido, en el clásico programa televisivo de la BBC “Match of the Day”, Hansen dijo unas palabras que son eternamente recordadas por todos los seguidores de la Premier League, hablando sobre las aspiraciones del Manchester United para ganar la liga en la temporada venidera, Hansen comentó lo siguiente “Ferguson necesita salir a comprar jugadores. No se puede ganar nada con chicos”, hasta el día de hoy, esa frase es sinónimo de la gigantesca proeza que realizarían los chicos de Fergie algunos meses después, para demostrarle a Hansen que se equivocaba con su afirmación.
Luego de perder en el partido inaugural, el United logró 3 victorias consecutivas, venciendo al campeón Blackburn en su casa en esa racha, momento que para Gary Neville fue el punto en el que el equipo sintió que todas las piezas empezaron a engranar, de esta manera, los diablos rojos se encaminaron para lo que terminaría siendo una temporada exitosa, logrando el doblete local (Liga y FA Cup), de la mano de Eric Cantona y de este grupo de chicos que a pesar de las situaciones difíciles, siempre estuvieron a la altura, avalados evidentemente por un técnico que siempre les tuvo fe y que nunca puso en duda su calidad. Pocas veces una derrota es digna de recordar, pero ese mal resultado ante Aston Villa, cuando arrancaba la temporada y todo parecía venirse abajo, es un recordatorio para todos los fans del Manchester United, del carácter y actitud que tenia la legendaria “Clase del 92”, que a pesar de las adversidades se impuso a cuanto obstáculo encontró, esa actitud que se convertiría en el estándar para todos los éxitos que traería posteriormente Sir Alex Ferguson al equipo de Old Trafford.