Lawrence Stroll, actual propietario de la escudería
Racing Point, se ha hecho con el 16,7% del accionariado de Aston Martin tras
desembolsar unos 215 millones de euros. La llegada del canadiense supone la
ayuda económica que necesitaba la marca, ya que estaban pasando por momentos de
mucha inestabilidad. Con esta adquisición, los británicos estarán directamente
ligados a la Fórmula 1.
Los planes de Lawrence pasan por cambiar el nombre de su
actual equipo a Aston Martin. El viejo Force India, renombrado a Racing
Point tras salir del concurso de acreedores tras la compra de Stroll en 2018,
volverá a cambiar de nombre para la temporada del gran cambio de normativa. Y
lo hará por uno de prestigio. Escuchar Aston Martin lleva directamente a pensar
en coches de alta gama.
Con esta compra, salen tres partes beneficiadas. La
primera es clara: la propia marca Aston Martin. Esta inyección de capital
salva al fabricante de coches de la deriva económica en la que estaba entrando.
La segunda parte es Racing Point. El cambio de nombre le vendrá
sensacional al equipo. El actual no le ha convencido a casi nadie, por no decir
que a nadie. Pasar a tener el nombre de una de las marcas más prestigiosas de
vehículos a nivel mundial le dará un plus al equipo.
La tercera parte beneficiada es una que todavía no he
nombrado, pero que se puede intuir. El tercer beneficiado no es otro que la
propia competición. La Fórmula 1 recupera un nombre histórico en una época
en la que las marcas están empezando a mirar hacia otras competiciones más
baratas y a las que se les puede sacar mucha más rentabilidad, como es la
Fórmula E. El desembarco de una marca como Aston Martin le da a la categoría un
plus de imagen.
Aunque se hable de regreso, la realidad es que Aston Martin es una marca con muy poco recorrido en Fórmula 1. Solo estuvieron un par de años en la parrilla, participando solo en 5 Grandes Premios. Lograron como mejor resultado dos sextos puestos en 1959. En 2021, afrontarán su primera temporada completa en Fórmula 1. Lo harán con Sergio Pérez y Lance Stroll al volante. El primero tiene contrato hasta 2022 y el segundo es el hijo del propietario, por lo que va a permanecer en el equipo salvo sorpresa mayúscula.
Este cambio termina de enderezar el rumbo de Force India,
el cual se volvió muy oscuro cuando entró en concurso de acreedores en 2018.
El aporte económico de Lawrence Stroll y la llegada de Aston Martin al equipo
supondrán un salto de calidad para un equipo que ya ha luchado por podios en el
pasado. Hablar de que lucharán por los primeros puestos en un futuro muy lejano
no tiene mucho sentido. El primer objetivo de Aston Martin en Fórmula 1 será
recuperar lo logrado por los mejores años de Force India: luchar por liderar la
zona media de la parrilla.
De lo que no parece no haber duda es que este cambio es
beneficioso para las tres partes. Habrá que ver si el aporte económico se
traduce en recuperación real para la marca y buenos resultados en la categoría,
porque no siempre aporte económico significa salvación. De momento, la decisión
parece acertada y va a tener buena acogida dentro del Gran Circo.
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