Adiós, Osasuna. Se acabó. El sueño rojillo terminó de la peor forma posible, con un contundente 7-1 frente al Barça en el Camp Nou. A falta de cuatro jornadas, Osasuna es matemáticamente equipo de Segunda División, tan solo un año después de su ascenso. No es casualidad. Ha sido colista casi durante todo el curso, solo había ganado un partido en 29 jornadas, ha encajado 82 goles (10 más que el Granada) y, por rendimiento, llegó a ser uno de los peores equipos de la última década en la Liga española. Solo Sergio León (10 goles) ha sobrevivido en una plantilla limitada, acusada por las lesiones y con mala suerte en los arbitrajes. Pamplona tendrá que esperar para poder vestir de nuevo galas de élite.
Deficiencias técnicas. No, desde luego que el Granada no tiene un equipo fantástico. Salta a la vista. Marcha penúltimo y está abocado al descenso tras seis temporadas en la máxima categoría del fútbol español. Esta vez, ni El Arabi, ni Peñaranda, ni otros muchos futbolistas de nivel están para ayudarle. Por el banquillo han pasado cuatro hombres este curso (Jémez, Planagumà, Alcaraz y Adams) y ninguno ha conseguido sacar al cuadro nazarí de los puestos de color rojo. Pero eso no quita que esta plantilla merezca un poco de respeto. El pasado martes perdían contra el Málaga un partido que cerraba casi definitivamente sus opciones de quedarse en Primera, y su técnico no tuvo otra cosa que decir que: «Los jugadores son buena gente, lo están intentando pero tienen deficiencias técnicas que hoy se han visto más que en partidos anteriores». La mejor forma de motivar a un equipo, desde luego.
Con su propia medicina. El Atlético sufrió ante el Villarreal una derrota que le aparta prácticamente de la lucha por el título de Liga, y para colmo lo hizo de la forma en la que suele ganar a sus rivales. La falta de puntería, la gran actuación de Andrés Fernández y el fallo defensivo en el gol de Roberto Soriano fueron las claves de un choque que no merecieron perder los de Simeone. Ya no pueden permitirse más fallos si no quieren dejar escapar la tercera plaza a manos del Sevilla.
Bajada a la tierra. Hace años que el Valencia dejó de ser un grande de Europa, pero también del fútbol español. La temporada pasada fue un fracaso en todas sus líneas, pero ésta la ha superado con creces. A pesar de las tres victorias consecutivas y el empate ante el Sevilla, la Real Sociedad se encargó de recordar en Mestalla quiénes luchan por objetivos mayores y quiénes deben conformarse con no descender. La afición volvió a abuchear a un equipo que debe cambiar radicalmente en actitud y forma para volver a ser el que era la próxima campaña.
Goles en propia: Diego Alves (Valencia)
Expulsados: Pablo Hernández (Celta) y Asier Riesgo (Éibar)