Con más sufrimiento del esperado, quizás sin hacer grandes méritos para conseguirlo, gracias a un penalti dudoso… Pero la Juventus está en Semifinales de Champions League tras 12 años de ausencia. Un hito en la historia reciente del club, ya que en las últimas tres temporadas el mayor logro europeo de los bianconeri habían sido unos Cuartos de Final de Champions en la 2012/13 contra el Bayern que a la postre terminaría ganando el torneo, y unas decepcionantes Semifinales de Europa League la pasada temporada contra el Benfica.
Once esperado, todo listo, pero…
No lo sabríamos hasta terminado el partido, cuando Allegri se encontró con los medios en la habitual rueda de prensa post-partido y comentó la situación de algunos jugadores antes del encuentro: «Poco antes del partido Tévez estaba vomitando, Morata tampoco se encontraba bien, Vidal llevaba tres días con fiebre, Pirlo venía de tres partidos consecutivos tras 50 días parado por lesión…». Con este cuadro, sin que sirva de excusa, tampoco debería sorprendernos tanto la actitud adoptada por la Juve desde el comienzo del encuentro.
Porque la de anoche fue una Juve muy defensiva, cerrada atrás, replegada, con las líneas muy juntas, sin arriesgar nada. Algunos lo llaman inteligencia táctica, otros madurez, pero lo que no hay duda es de la pobre imagen ofrecida para un equipo que, a priori, se presume superior al rival y quiere estar de forma estable entre los cuatro primeros de Europa.
También es cierto que, pese a todo, el Monaco tampoco hizo grandes méritos para conseguir hacer daño a la Juve. Tanto es así que las ocasiones más claras de los monegascos, tanto en la ida como en la vuelta, vinieron propiciadas por errores de la propia Juventus (pérdidas en la salida de balón, mala salida de puños de Buffon, casi autogol de Barzagli, errores en pases fáciles…).
La fiabilidad del 3-5-2
Mientras en el pre-partido en Madrid algunos se volvían locos sobre si el Real adoptaría el ya clásico 3-5-2 que cada fin de semana vemos en Italia, la Juve se ponía el mono de trabajo y partía con el machacado sistema implantando por Conte tres años atrás y utilizado por Allegri con acierto en ciertos partidos.
Más enfocado hacia el repliegue y la contención, convirtiéndose pronto más en un 5-3-2 que otra cosa, el sistema dio sus frutos y la Juventus, salvo en ciertos tramos en los que es lógico sufrir cuando juegas fuera de casa en Europa, no pasó grandes apuros. Como punto negativo fue la poca o nula proyección ofensiva de los de Allegri anoche, quienes apenas se acercaron al área de Subasic.
Los cambios, una bocanada de aire fresco
Lo advirtió Allegri en la víspera del partido: «Van a ser muy importantes los que entren desde el banquillo». Llorente sustituía a un exhausto y poco acertado Morata en el 69′, y a partir de ahí la Juventus vivió el tramo más cómodo del partido.
Un partido en el que se estaba recurriendo demasiado al desplazamiento en largo, recurso en el que Llorente es experto dando largura y profundidad al equipo con su juego de espaldas, algo que agradecieron los bianconeri consiguiendo salir de la cueva y adelantar líneas. El otro fue Pereyra, quien sustituyó a un trabajador Vidal en el 79′. Su versatilidad, rapidez y movilidad dio algo más de aire a los bianconeri para vivir el tramo de final de partido sin sufrir demasiado.
¿Y ahora qué?
Es lo que muchos se preguntan. La Juve llega a Semifinales de Champions como el equipo que, a priori, tiene menos presión, algo que puede terminar jugando a su favor. Bayern, Barcelona o Real Madrid comienzan la temporada con el imperativo de terminar ganando la Champions, mientras que el objetivo de los bianconeri, a día de hoy, es volver a estar en las estancias finales de la máxima competición europea y soñar hasta donde sea posible.
Llegados a este punto, y conseguido el objetivo prefijado, solo queda disfrutar. Si algo se aprende tras tantos años de fútbol y de Champions es que ésta es una competición impredecible, y el factor suerte es también es fundamental pudiendo decantar eliminatorias de un lado u otro. No siempre gana el mejor, ni el más fuerte, ni el que mejor juega.
Por eso, desde Turín, esperan con una sonrisa el sorteo del viernes, porque toque quien toque, van a ser dos Semifinales preciosas. Miedo de nadie, la Juventus ha llegado hasta aquí por méritos propios y ya solo quiere seguir disfrutando lo que está por venir. Fino alla fine.
Sestao (Euskadi), 1988. Politólogo y especialista en comunicación. Tifoso de la Juve, simpatizante del Athletic e hincha del Sestao River. #FinoAllaFine como filosofía de vida.
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