Sergio Pérez pasó de estar fuera de la Fórmula 1 tras ser despedido del equipo que sacó de un concurso de acreedores a fichar por uno de los mejores equipos de la parrilla. El final del pasado año para el mexicano se puede comparar a una carrera que está perdida, pero en el que una bandera roja te vuelve a meter de lleno en la carrera.
Si le cuentan a principios de 2020 que iba a fichar por Red Bull a final de temporada, no se lo habría creído. Aunque, echando la vista atrás, ninguno nos habríamos creído la historia del año pasado si nos la hubiesen contado a finales de 2019.
Las circunstancias hicieron que ‘Checo’ pudiera fichar por Red Bull. Y es que, tanto en la Fórmula 1 como en la vida, a veces es mejor estar fuera de la partida para volver a entrar consiguiendo una mejor posición. Este tópico le ha llevado a Sergio a conseguir su asiento soñado, aunque no siempre acaba de esta manera.
Nico Hulkenberg se encontró en una situación similar a finales de 2019 cuando en Renault decidieron no contar con él para firmar a Esteban Ocon. Uno de los considerados mejores pilotos de la parrilla se quedó sin equipo y no le llegó ninguna buena oferta para continuar en la categoría.
Pérez ha corrido otra suerte y la va a aprovechar al máximo. Muchos, entre ellos yo, consideramos que en muchas de sus temporadas el mexicano ha rendido mucho mejor que su monoplaza. Se merecía tener un mejor coche ya que luchar por unos pocos puntos se quedaba corto para su nivel. Ahora es el momento de demostrar que eso era cierto.
Llega al segundo mejor equipo de 2020, aunque sabe de antemano que es un equipo especial. La marca de bebidas energéticas, a través de su programa de jóvenes pilotos, ha querido siempre establecer una relación más fuerte de lo normal con sus pilotos. Obviamente, siempre que gana un piloto lo hace con su equipo, pero en Red Bull es algo distinto. Cuando gana un piloto de la marca de bebidas energéticas, gana el piloto de Red Bull. No gana con el equipo, sino que pertenece a lo que ha formado el equipo.
Quizás lo explicado en el último párrafo sea un poco abstracto, pero espero que se entienda mejor con lo siguiente. Max Verstappen es el piloto estrella del equipo. Es el abanderado de Red Bull. Todo en el equipo pasa por y para él. Si alguien tiene que ganar el campeonato, tiene que ser él porque es un piloto formado por la marca. Esta es la política que ha mostrado el equipo austriaco desde que Sebastian Vettel ganó los cuatro títulos.
¿A qué viene todo esto en un artículo sobre Sergio Pérez? Para explicar que, aunque el equipo pueda ofrecer igualdad de condiciones a Max y Sergio, si en algún momento la balanza se tiene que decantar en favor de alguno, será en favor del holandés. Esta es la filosofía de Red Bull y seguramente Pérez haya sido consciente de ello antes de estampar su firma en el contrato.
Con esto no quiero decir que Pérez tenga que vivir a la sombra de su compañero. En absoluto. El mexicano llega a Red Bull para dar lo que no han podido aportar Gasly y Albon: una buena suma de puntos en cada carrera. El equipo necesita dos pilotos que consigan el máximo de puntos posibles. Solo con Verstappen no pueden luchar contra Mercedes. Por ello, han firmado a uno de los pilotos más consistentes de la parrilla.
Para concluir, 2021 es el año que ‘Checo’ lleva anhelando mucho tiempo. Deseaba tener en sus manos un volante capaz de luchar por podios en todas las carreras. Su hora ha llegado. Tras diez años mostrando su calidad en la zona media de la parrilla, podrá demostrar su valía en los primeros puestos. Para esta temporada, estoy seguro de que su pilotaje será uno de los motivos de diversión. Tengo muchas ganas de verle luchar por los primeros puestos.
Imagen de cabecera: Bryn Lennon/Getty Images