Los cambios son para los valientes. Lo cómodo es la regularidad, la estabilidad, el quedarse quieto. Luego están los que van más allá de su sofá, los que van más allá de ese horizonte que se ve a lo lejos. Lo intentan, lo hacen, pero ésto conlleva riesgos que muchas veces salen bien, pero otras, sin embargo, acaban mal, se traducen en etapas más negativas.
Roberto Soldado decidía en verano de 2013 embarcarse en su primera etapa profesional lejos del territorio nacional español. Lejos de casa, lejos de los suyos, en un campeonato donde el idioma sería la primera barrera. Con un caché prestigioso en España, el Tottenham decidía que Soldado iba a ser una de sus caras nuevas para el ataque. Previo pago de en torno a 30 millones de euros al Valencia, el delantero valenciano se convertía en nuevo jugador de White Hart Lane.
Un alto precio que, así, le añadía una mayor exigencia. Su primera temporada en el extranjero, en una liga mediática cuya exigencia en cada encuentro es máxima, tras pagarse una cantidad notable por sus servicios. Debía rendir, debía demostrar que sus buenas cifras deportivas no eran fruto de la casualidad.
Sin embargo, todas las expectativas fueron cayendo en una dinámica negativa, a la vez que preocupante. Roberto Soldado ha disputado sus dos últimas temporadas en Inglaterra, como delantero del Tottenham, y su rendimiento ha estado lejos de lo esperado, despejando ese estatus de jugador codiciado, de atacante determinante.
Dos temporadas en Inglaterra con cifras discretas, ya que sólo ha marcado 16 goles (7 en Premier League, 2 en torneos coperos y 7 en Europa League). Su situación actualmente presenta un horizonte de dudas. En Inglaterra aseguran que Mauricio Pochettino no cuenta con él y el Tottenham escucharía ofertas por él. Sin embargo, en caso de salir, el precio de su traspaso, parece, lejos quedaría de los 30 millones que pagaron por él hace 2 veranos.
Una doble situación contradictoria que plantea dos futuros contrarios a Roberto Soldado para este mercado de fichajes ya vigente. Por un lado, confianza en sí mismo, haciendo que su continuidad en el Norte de Londres le permita seguir siendo jugador del Tottenham la próxima temporada esperando volver a su mejor y prestigiosa versión. Sin embargo, su rendimiento deportivo en los últimos 2 años no llama a la esperanza de los Spurs, y es por ello que su salida parece clara.
Las 2 opciones del jugador. Continuar, luchar por recuperar terreno perdido como última oportunidad, o salir, volver a casa buscando un proyecto que le abra sus puertas y volver poco a poco a su mejor versión. El doble filo de su carrera deportiva. A sus 30 años, parece que la cuenta atrás para la retirada está más cerca que en sus inicios, y es por ello que debe seguir manejando todas las opciones vigentes como válidas, sin decisiones rápidas y mal gestionadas.
¿Debe salir y volver, por ejemplo, a España, donde ya ha rendido al mejor nivel? ¿Debe salir a otro torneo europeo con el mismo reto del idioma y con el peso de no haber rendido en la Premier League? ¿Debe seguir en el Tottenham y convencer en el club londinense que está capacitado para devolver la confianza?
En Inglaterra, la postura de la prensa es clara, y de hecho se ha llegado a afirmar que, junto a Adebayor, serían los dos delanteros que saldrían, ya que no entrarían en los planes del técnico argentino. Lo que sí parece claro es que, por quedarse, por continuar, por un hipotético futuro destino, el nombre de Soldado va a ser protagonista este verano en materia de fichajes.
Continuar o salir. Ese parece el gran dilema del delantero español, tras 2 temporadas muy discretas, con tintes de fracaso por su alto precio pagado en 2013.