En el siglo XXI (18 años), siete países presumen de haber levantado la Fed Cup. De ellos, la gran dominadora es la República Checa con seis títulos en 18 años seguida de Rusia e Italia con cuatro cada una. Los seis títulos checos, en realidad, han llegado en un espacio de ocho años. Los ocho últimos años.
Un dominio extendido en el tiempo, en una competición cada día más dejada de lado y necesitada de reformas como la Copa Davis. Son tres fines de semana al año (cuartos, semifinales y final) en fechas no muy favorecedoras (tras el Open de Australia, tras Indian Wells y Miami y tras las Finales WTA) pero todo lo anterior no tiene importancia para el equipo checo. Los resultados hablan.
En 2019 desaparece la Copa Davis. En su lugar se jugará una Copa del Mundo en una semana a final de temporada en Madrid. Sin embargo, este cambio tan radical no afectará (por el momento) a la competición femenina. Las chicas seguirán con sus tres semanas al año. El nuevo proyecto no quiere incluir la Fed Cup en sus planes por ahora.
Y mientras la República Checa sigue sumando títulos. Es el segundo país con más tenistas entre las 50 mejores (4) sólo superado por EEUU y el tercero con más tenistas entre las 100 mejores (6) tras EEUU y Rusia. El talento checo parece inagotable: Kvitova (28) y Pliskova (26) encabezan una lista con Siniakova (22), Strycova (32), Vodrousova (19) y Kristina Pliskova (26) entre las 100 mejores.
En el O2 de Praga este pasado fin de semana el papel protagonista recayó en la experimentada Strycova. Antes de comenzar la final el equipo checo de Petr Pala tenía más forma que el americano de Kathy Rinaldi. Por clasificación y por experiencia. Las locales con tres top40 y las visitantes con una top50. Y todo con República Checa sin sus dos mejores tenistas: Pliskova causó baja días antes del choque y Kvitova poco antes de saltar a pista para abrir la final. La responsabilidad para Siniakova (22 años) y Strycova (32).
Pese al claro triunfo checo por la vía rápida (3-0) los puntos fueron igualados. Barbora Strycova necesitó casi tres horas en el primer partido y casi cuatro para cerrar la final (salvando dos pelotas de partido de por medio). Siniakova estuvo en pista 98 minutos para poner el 2-0 el sábado.
En Praga el equipo checo sumó su 11ª Fed Cup y la sexta en ocho años. Y además, volvió a ganar a Estados Unidos. La última vez que las checas habían triunfado sobre las norteamericanas eran todavía Checoslovaquia, en la final de la competición de 1985. Después, ocho triunfos seguidos estadounidenses: una final, cuatro semifinales, unos cuartos y dos primeras rondas. Por ello el triunfo del domingo tiene incluso más valor para las chicas de Petr Pala.
Desde 2011 hasta hoy, sólo dos equipos han sido capaces de ganar a la República Checa en una serie de Fed Cup. Italia lo logró en Palermo en abril de 2013 (semifinales, 3-1). Las transalpinas ganarían su cuarto título tras tres triunfos en casa (ante EEUU en Rimini, el citado ante República Checa en Palermo y la final ante Rusia en Cagliari).
La temporada pasada ocurrió de nuevo. Tras 10 series consecutivas y tres títulos, el equipo checo visitó a EEUU en semifinales en Tampa y cayó en el quinto punto. EEUU ganaría en noviembre en Minsk (Bielorrusia) su 18º título, el primero en el siglo XXI, cortando la mayor sequía de su historia en la competición (entre medias, tres finales perdidas en 2003, 2009 y 2010).
En 2019 la Fed Cup sigue su ritmo y los enfrentamientos de cuartos de final en febrero ya están definidos. República y EEUU serán las grandes favoritas de nuevo. Las flamantes campeonas abren ante Rumanía en Ostrava y las finalistas hacen lo propio en Asheville (Carolina del Norte). Entre medias y como aspirantes figuran Rumanía, Francia, Bélgica, Alemania y Bielorrusia y Australia.
Todo ello será desde febrero. Cuando, por sexta vez en los últimos ocho años, República Checa volverá a ser el rival a batir. Siempre a la sombra.
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