Que
sí, que solo se ha disputado la primera jornada de la fase de grupos del
Mundial, pero los resultados han sido más que llamativos. Solo dos victorias holgadas,
la de Rusia en el partido inaugural ante una débil Arabia Saudí (5-0) y la de
Bélgica ante la debutante Panamá (3-0). Quitando a Rusia, que no pasa de ser
nada más que la anfitriona, los de Roberto Martínez son la excepción que
confirma la regla, junto a Uruguay e Inglaterra, en este artículo, pero con la
única diferencia de que los belgas nunca han llegado a ser campeones.
Y es
que en tierras rusas se concentran siete de los que, hasta ahora, han ganado
las 20 ediciones del Campeonato del Mundo. La ausente, Italia, se quedó fuera
en la repesca, tras ser eliminada por Suecia. Se esperaba mucho de selecciones
como Brasil y Alemania, las que más títulos tienen de las 32 que compiten en
Rusia. Sin embargo, al finalizar sus partidos, la decepción fue muy grande. Los
de Tite debutaban ante Suiza, un equipo que se ha convertido en habitual en los
últimos grandes torneos, con la mayoría de jugadores en las grandes ligas, pero
que siempre se quedaban a las puertas de hacer algo importante. Brasil no pudo con
el equipo centroeuropeo y no pasó del empate a uno. Peor fue para Alemania, que
teniéndose que enfrentar en el estreno a México, fue superada de principio a
fin por el representante de la CONCACAF, dando una imagen muy pobre, sobre todo
durante la primera parte, no digna del último campeón o un país que ha ganado
el torneo en cuatro ocasiones. Alemania se la tendrá que jugar ahora ante
Suecia y Corea del Sur tras sufrir la conocida como “maldición del campeón”.
Otro
de los gigantes que acabó el debut de rodillas, fue Argentina. Y sí, en los
últimos tiempos puede que sea Messi y poco más. Que haya mucho veterano
acomodado y que Sampaoli no dé con la tecla, pero sigue siendo Argentina. La
albiceleste no pasó, como Brasil, del 1-1 ante una debutante, Islandia, la
selección “de todos”. Un país que, según dicen las audiencias, tuvo al 99,6% de
su población viendo la televisión ese día. Islandia, un pequeño país que ya la
lió en la pasada Eurocopa de Francia y ahora está en Rusia, con la idea de
disfrutar del fútbol y, si pueden, volver a liarla de nuevo. Argentina la tuvo
desde el punto de penalti, con Leo Messi como protagonista, pero al contrario
que Cristiano Ronaldo, el astro del FC Barcelona no pudo marcar.
España,
que tenía ante sí un rival complicado como la Portugal de Cristiano Ronaldo,
comenzó su partido mal, con un penalti en contra. Aunque pudo remontar y jugó
mejor que su rival, el hat-trick del madridista impidió que los de Fernando
Hierro se llevaran la victoria en el estreno. Si las tres selecciones nombradas
anteriormente eran las gigantes, España entra junto a Inglaterra, Francia,
Bélgica y Uruguay en el grupo de las grandes. España puede competir con
cualquiera, pero a nivel de títulos mundiales aún es una principiante. Otra
cosa es el juego.
¿Y
qué ha pasado con las otras grandes? Pues fueron los que salvaron los muebles,
aunque de maneras muy diferentes. Uruguay venció a una Egipto sin Mo Salah en
el 90′, gracias a un gol de Giménez en el tiempo de descuento. Francia se
impuso ante Australia mostrando una imagen no acorde a su nivel y gracias a una
actuación del VAR algo polémica. Inglaterra, con un Harry Kane oportunista y
magistral, como de costumbre, se hizo con la victoria ante Túnez, pero también
en el descuento.
Esas
son las selecciones que tienen opciones de hacer algo importante en el Mundial.
También se podría incluir a Colombia que, como Bélgica, no han ganado nunca el
torneo, pero tienen un buen cartel y jugadores para hacer cosas importantes. No
obstante, la derrota en el estreno ante Japón les deja algo tocados. Hay que
distinguir entre gigantes y grandes. Selecciones que siempre entran en las
quinielas, pero por cosas bien diferentes. Las grandes han salvado los muebles
y las gigantes han caído. Es un Mundial. Quizás, el Mundial más igualado de las
últimas décadas.
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