Tras ser piloto titular de Fórmula 1 desde 2003, Fernando
Alonso va a emprender una nueva aventura en su carrera deportiva para la
presente temporada. El bicampeón del mundo, además de comenzar un ilusionante
proyecto junto a Renault en Fórmula 1, ha decidido dar un nuevo paso en su carrera
y competir en el WEC (Campeonato Mundial de Resistencia) al volante de un
Toyota. El piloto de McLaren participará en todas las carreras que no coincidan
con el calendario de la Fórmula 1, por lo que hará prácticamente la totalidad
del campeonato ya que solo coinciden las 6h de Fuji con un Gran Premio, el de
Estados Unidos.
Fernando Alonso nunca ha ocultado su deseo por ser uno de
los pilotos más grandes de la historia del automovilismo. Su principal
motivación ha sido y es la Fórmula 1, pero es sabedor de que en la historia
solo quedan marcados los campeones. Sus dos títulos mundiales quedan muy lejos
de los siete de Schumacher, los cinco de Fangio o los cuatro de Prost, Vettel y
Hamilton y su edad, 36 años, indica que no le queda mucho tiempo para alcanzar
a estos pilotos. El cambio a motores Renault le abre de nuevo la posibilidad de
luchar por el título en un futuro, pero ni mucho menos le da la seguridad de
poder ganar más campeonatos.
Con dos coronas, convertirse en el piloto más laureado de la
Fórmula 1 teniendo 36 años y un equipo sin opciones reales de ser campeón es
imposible. Por ello, el piloto español ha decido trazar una nueva ruta en su
camino entrando en el WEC, que no es más que otra vía para cumplir su objetivo
de ser un piloto de los que marcan era. Su principal meta sigue siendo ganar un
tercer título en la mayor competición del automovilismo, pero sabedor de que
sus opciones en 2018 son prácticamente nulas, ha tomado la decisión de abrirse
paso en otras categorías, práctica poco usual durante los últimos años entre
los pilotos de la Fórmula 1.
Echando la vista atrás, puede que Fernando Alonso no haya
elegido los mejores equipos viendo sus resultados. El español ha tenido y tiene
talento de sobra en sus manos como para ser uno de los pilotos con más títulos
de la historia, aunque la realidad es que no lo es. Pero si hay algo que sí
sabe aprovechar a las mil maravillas es su tirón mediático. No ha ganado ningún
título desde 2006 y lleva sin pelear por él desde 2012, pero allá donde va revoluciona
las masas. Cualquier piloto con estos registros estaría prácticamente en
completa decadencia, sin embargo, el asturiano ha sabido manejar las distintas
circunstancias con declaraciones y movimientos para estar siempre en el centro
de atención. Prueba de ello es que ha estado tres años ocupando los últimos
puestos de la parrilla con McLaren Honda, pero cuando inició su aventura en las
500 millas de Indianápolis o las 24 horas de Daytona tuvo en vilo a todo el
mundo del automovilismo.
El piloto de McLaren ha estudiado sus cartas y ha marcado
una estrategia clara: mientras no tenga un monoplaza competitivo en Fórmula 1,
va a intentar ganar en cualquiera de las grandes categorías del automovilismo y
mantener vivo su prestigio, porque no todo es Fórmula 1. Aprovechando su gran
tirón mediático, ha decidido comenzar este año su aventura en el WEC, y no de
cualquier manera. Correrá para un equipo con serias opciones de ganar. Su
objetivo de ganar las 24 horas de Le Mans, para terminar conquistando la triple
corona, lo tiene este año más fácil que nunca. Tras la retirada de Audi y
Porsche de la parrilla, Toyota es la única marca puntera en la categoría LMP1,
por lo que prácticamente competirá contra el otro monoplaza de la marca
japonesa por ganar la carrera más famosa de la resistencia. Para el resto del
campeonato, pilotará para una marca favorita a ganar el título.
Por supuesto, no tiene el éxito asegurado en su nueva
andadura en el mundo de la competición del motor, pero Alonso tiene trazado un
plan para llegar a ser un piloto total, y hará todo lo que esté en su mano para
conseguirlo. Tiene el apoyo de McLaren, en especial el de Zak Brown, que ha
sido una pieza clave para colocarle en la IndyCar y el WEC. El piloto de
McLaren no llegará a ser el piloto más laureado de la Fórmula 1, pero luchará
por ganar en el WEC y la IndyCar para convertirse en un piloto campeón de todo,
un piloto de otra pasta, un piloto de los que marcan una época, un piloto
total.
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