Alberto Hurtado | Tres de las últimas cuatro ligas se han quedado en la casa blanca después de que ayer el Real Madrid conquistara un nuevo título liguero tras vencer al FC Barcelona en el cuarto partido de una final que tras la disputada del segundo asalto comenzó a tener claro color blanco.
Dicha final ha tenido un nombre propio, alguien que ha sobresalido por encima de los demás, Sergio ‘el increíble’ Llull. Se ha jugado a lo que él ha querido, ha anotado de todas las maneras posibles, consiguiendo además su segundo MVP consecutivo y comandando a los de Pablo Laso a su tercer título de la temporada… “Presi, otro más” fueron las palabras del base menorquín a Florentino Pérez cuando este bajó el vestuario a felicitar a unos jugadores que como bien dijo Laso, “Se merecen un reconocimiento increíble”.
A estas tres ligas blancas hay que sumarles cuatro Copas del Rey, tres Supercopas de España, una Euroliga y una Copa Intercontinental en las últimas cinco temporadas. Sin duda, una de las etapas más gloriosas, si no la que más, que se recuerdan.
El lado opuesto
Por el contrario encontramos a un Barça desconocido, triste y podríamos decir que incluso hundido. Tenían en la Liga la oportunidad de salvar una nueva temporada en blanco y han desaprovechado una ocasión de oro teniendo además el factor pista a su favor.
En los dos últimos años no ha habido continuidad y el ciclo de Xavi Pascual en el banquillo azulgrana, con una Liga y una Supercopa de España en las tres últimas temporadas, parece haber llegado a su fin. En el partido de ayer, el cuadro catalán propuso hasta tres defensas distintas pero el conjunto madrileño volvió a anotar más de 90 puntos. Así acaba una etapa que empezaba el 14 de febrero de 2008, cuando el ingeniero de Gavá sustituía a Dusko Ivanovic como primer entrenador, logrando hasta hoy 12 títulos.
