El Athletic de Ernesto Valverde es altamente conocido por ser una escuadra que le gusta presionar mucho. Lo hemos visto durante años especialmente frente a los grandes, como la última visita del FC Barcelona a San Mamés donde Ter Stegen fue uno de los que más balones tocó. En su visita al Bernabéu, los leones no dudaron y buscaron poner el bloque arriba intentando torpedear la salida del Real Madrid.
Los blancos, claramente, han sufrido dos bajas capitales en las últimas semanas. La de su pivote defensivo (Casemiro) y la de su mago (Luka Modric). Es difícil expresar en palabras lo que significa perder a estos dos genios. Uno en el arte del esfuerzo y el otro en el escultural. El genio croata es capaz de dejar atrás a un rival con un simple control o con una finta de extremo. Su disparo, su pase y su visión le convierten en uno de los mejores centrocampistas del momento. Lo tiene todo. Y que no esté se nota. Su compañero brasileño, por otro lado, tiene la responsabilidad de –se dice pronto- sujetar a Kroos y Modric y a todo una BBC. Kroos es el único que queda sano del medio del campo titular. Y merece un artículo.
Se ha dicho mucho del teutón. Ha habido más de un debate discutiendo donde tiene que jugar el ex del Bayern de Múnich. Frente al Bilbao, volvió a demostrar que no solo tiene calidad sino inteligencia. La primera parte que cuajó fue para enmarcar. Un gran problema del pivote contemporáneo es el entendimiento en la salida de balón. Muchos deciden integrarse entre defensas siempre pero no es necesario cuando, por ejemplo, solo aprieta uno (3 contra 1). Ante la presión mixta vasca, el madridista escogió a la perfección cuando había que colocarse entre centrales y cuando no. Y cuando recibía el cuero sus pases largos y cortos tenían la precisión del mejor quarterback de la NFL.
El inconveniente de tener a Kroos tan atrás es que no tiene la libertad para llegar. Además, en defensa el equipo pierde ya que no tiene las capacidades de Casemiro. Por ello, cuando el carioca vuelva el alemán podrá volver a su emplazamiento anterior donde también entiende el juego a las mil maravillas. Pero Zinedine Zidane volvió a ver el pasado domingo que Toni Kroos puede jugar como pivote cuando el rival sea agresivo. Y esa polivalencia vale oro.