El viejo campeón contra el joven noqueador. El mítico estadio de Wembley cambiará mañana el fútbol por el boxeo para presenciar un muy esperado combate entre el ucraniano Vladimir Klitschko y el británico Anthony Joshua por el título mundial de los pesos pesados.
A sus 41 años, y 17 meses después de su inesperada caída ante el también británico Tyson Fury, Klitschko intentará recuperar sus cinturones ante un Joshua que no sólo no conoce la derrota en su carrera profesional, sino que ganó todas sus peleas por nocaut.
El británico, 14 años más joven y campeón olímpico en Londres 2012, es considerado como el púgil con más futuro en los pesos pesados y buscará demostrarlo ante su público. El escenario no podría ser mejor, ya que desde hace tiempo se agotaron las localidades y el estadio de Wembley estará colmado con 90.000 espectadores en una pelea a cielo abierto.
La bolsa es un misterio, aunque medios británicos hablan de que cada púgil obtendrá por lo menos 20 millones de euros. Solo con la venta de entradas y el pay-per-view los organizadores esperan recaudar unos 48 millones de euros. El público espera acción en la noche del sábado y así lo vaticinan las estadísticas y los análisis de uno y otro lado.
Klitschko ganó 64 de sus 68 combates como profesional, 53 de ellos por K.O., mientras que Joshua dejó a su rival en la lona en sus 18 triunfos. «Vladimir lo noqueará», confió su hermano mayor Vitali Klitschko, ya retirado hace tres años.
«Habrá K.O. en cualquier caso», coincidió parcialmente el ex campeón Lennox Lewis. «Si es una pelea corta, gana Joshua. Si es larga, Vladimir». El británico jamás combatió más de siete rounds, pero la edad también puede pasarle factura a Klitschko, cuyo futuro tras el combate es una incógnita.
Un año y medio debió esperar Klitschko para tener una nueva oportunidad tras la derrota que sufrió ante Fury en Düsseldorf el 28 de noviembre de 2015. La anunciada revancha en realidad nunca se produjo, ya que el británico anuló en dos ocasiones el duelo contra el ucraniano antes de entregar finalmente sus títulos en medio de problemas psicológicos y de depresión.
Así, en la pelea de mañana se dirimirán los títulos mundiales de la FIB (Federación Internacional de Boxeo) y de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo), así como el menos significativo de la OIB (Organización Internacional de Boxeo).
Joshua, el campeón vigente de la FIB, llega al combate con cuatro kilogramos más que su retador (113,4 frente a 109,0). Pero el ucraniano, que saludó hoy en la ceremonia de pesaje con la «V de la victoria» en medio de los abucheos del público local, no se asusta.
«Es como Arnold Schwarzenegger en sus mejores tiempos», ironizó Klitschko sobre el físico de su rival. «Pero me siento ganador. Este es mi evento, es mi noche, es mi ring y es mi victoria», dijo el campeón olímpico de Atlanta 1996. A diferencia del duelo entre Fury y Klitschko, ambos púgiles se mostraron respeto y no se lanzaron los habituales dardos verbales. Aunque ambos exhiben máxima confianza. «Yo voy a ganar, está claro. Esto no es una ciencia del espacio«, vaticinó Joshua.