Ser portero
es jugar al todo o nada. No dispones de raciones de 10 minutos cada domingo
para convencer al entrenador. O te pones bajo los palos o te sientas en el
banquillo. Y, casi siempre, para toda la temporada. El otro día, pensando en
escribir algo sobre Keylor Navas, di en Youtube con un reportaje de la ESPN de
hace unos años sobre la carrera del tico. Conocer las raíces nos ayuda a
valorar los frutos del árbol.
La vida de
Keylor Navas es una película de Disney. De ser de un pequeño pueblo campesino
cercano a la capital de Costa Rica (menos de 5 millones de habitantes en todo
el país) a convertirse en doble campeón de Europa con el Real Madrid. Y siempre
con puntos de giro en el guión que soplaron a su favor.
Keylor tuvo
que mudarse del campo a la ciudad cuando Deportivo Saprissa se interesó por él.
Todavía adolescente, le venía grande la vida lejos de su familia. Se le quemaba
el arroz y llamaba a algún amigo para desahogarse. Renunció y volvió a su
pueblo, pero allí lo mandaron otra vez para la ciudad. Fue su primer gran golpe
de suerte: que sus seres queridos no se apiadaran de su sufrimiento. Siguió
formándose y aunque tuvo que esperar para ser titular, una vez que jugó un
partido en 1ª con 18 años, no volvió al banquillo.
Seis años
después, en 2010, fichó por el Albacete gracias a otro triunfo de la fortuna.
En la década de los 90, un representante engañó a un portero costarricense,
Luis Gabelo Conejo, para fichar por el Albacete. Le dijo que era una especie de
filial del Real Madrid y que estaba en 2ª división por accidente, que subiría
rápidamente a 1ª. El día de la presentación de Conejo, el portero descubrió el
pastel cuando el presidente dijo que el objetivo era intentar mantener la
categoría. Conejo se hizo leyenda en Albacete, subieron a Primera y en el 2010
convenció al club para que fichara a Keylor Navas. Así se abrió su puerta a
Europa.
El Albacete
al que llegó Navas también estaba en 2ª y descendió a 2ªB, a pesar de las
buenas actuaciones del tico. Como por contrato no podía jugar en esa categoría,
ese descenso fue otro golpe de suerte para Keylor. Llegó a 1ª división
incorporándose a las filas del Levante, donde Gustavo Munúa era titular
indiscutible. Y el destino volvió a poner las mejores cartas en las manos de
Keylor: Munúa, junto a otros compañeros, se vio envuelto en un caso de amaño de
partidos y fue apartado. Vía libre para Navas.
Maravilló a
todos jugando una temporada completa con el Levante, la 13/14, con Mundial al
final del túnel. Costa Rica llegó a cuartos con Keylor Navas como estrella.
Fichó por el Real Madrid, de donde se marchó Diego López. Llegaba a un
culebrón, la portería del Real Madrid, que tendría su episodio más surrealista
un año después. Después de ser una sombra tranquila de Casillas y jugar tan
sólo 11 partidos en todo el año, parecía que tendría por fin su oportunidad con
la marcha del capitán blanco. Inició la temporada jugando, pero el último día
de mercado el Madrid intentó fichar a De Gea, lo cual montaba en un avión a
Keylor rumbo a Mánchester para abaratar la operación. En el año 2015, en la era
de la fibra y el email, un fax llegó fuera de tiempo y todo se quedó como
estaba.
Esa misma
temporada acabó con el Madrid como campeón de Europa en los penaltis. Al año
siguiente, otra Champions. Este verano el río vuelve a sonar para encontrar un
sustituto a Keylor, después de que Zidane secara la llegada de Kepa en
invierno. No sé qué pasará, pero seguro que lo que venga será bueno para el
portero, porque Keylor siempre gana.
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