En Sinsheim tienen a un multimillonario detrás, pero no ejercen de equipo rico. Son de esos clubes que invierten en futuro, pero sin olvidar el presente. Eso debió pensar Dietmar Hopp cuando se hizo con el club hace una década, cuando cogió las riendas. Lo llevó desde el fútbol regional alemán hasta la máxima categoría, la 1.Bundesliga. Esa idea de invertir en futuro llevó al club a Julian Nagelsmann, el hombre que está en boca de todos en todo el viejo continente. El joven entrenador pasó de estar a la sombra de Thomas Tuchel a dirigir un club de máximo nivel. Se le presentó un reto por delante, nada fácil.
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Julian Nagelsmann debía sacar al TSG 1899 Hoffenheim de la zona de descenso para así poder seguir haciendo crecer el proyecto ambicioso de Hopp. Y ese reto, con tan solo 28 años. Ahora Nagelsmann está en boca de todos. No solo ha conseguido mantener al club en la máxima categoría, sino que lo ha colocado en puestos europeos y, lo que es más importante, formando un equipo al que nadie le ha conseguido vencer. Ha hecho una primera vuelta impecable, sin derrotas. Ningún equipo en las grandes ligas está invicto a estas alturas de la temporada, solo el Hoffenheim de Julianmn.
Nagelsmann, en el Commerzbank-Arena frente al Eintracht (Alexander Scheuber/Bongarts/Getty Images)
Se le nota la felicidad. Hizo historia al convertirse en el entrenador más joven de la historia de la Bundesliga (no el más joven en ocupar un banquillo, récord que tiene Bernd Stöber en el Saarbrücken, con 24 años) y ahora vuelve a hacer historia al ser, de momento, el entrenador del único equipo que aún no ha sido derrotado en las grandes ligas. Puede que el récord acabe pronto o no, pero lo que está claro es que, sin haber cumplido la treintena, Julian se ha colado en el corazón y las agendas de todos. Quién sabe si en un futuro no muy lejano le vemos dirigiendo a uno de los grandes: al Bayern, por ejemplo. No es tan descabellado.
Ha elegido bien. Un club sin presión, ni económica ni deportiva. Un club que va de menos a más, como el vino, con el paso de los años. Manteniéndose entre los mejores y dando cabida a una mezcla de jugadores veteranos y jóvenes, que llegan a Sinsheim como escalón para dar luego el salto a un grande o para ir finiquitando sus carreras. Y, al amparo de todos ellos, está él, Julian Nagelsmann. Un chaval en edad de futbolista que se vio obligado (o no) a dar el salto a los banquillos muy pronto y que no lo está haciendo nada mal.