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Girondins de Bordeaux

Fútbol Internacional

Jugar en el barro por amor

Tiene 36 años y su carrera al máximo nivel está acabada. Las lesiones y las malas decisiones lastraron la vida futbolística de un delantero que apuntaba maneras. Pero, con un caché elevado y con ofertas para seguir ganando millonadas, Andy Carroll decidió respirar fútbol por los cuatro costados en vez de elegir el camino fácil. Desestimó las ofertas para volver a Championship y ni se planteó las misivas desde Arabia Saudí que le iban a bañar en más oro del que ganó en toda su vida profesional. Como intentando expiar los pecados de una carrera turbulenta, Andy Carroll decidió recalar en el Girondins de Burdeos, descendido a cuarta división francesa por temas económicos, al que sueña con devolver a la máxima categoría. De momento, el primer ascenso tendrá que esperar.

Andy Carroll nació en Gateshead, el barrio de Newcastle más cercano al centro de la ciudad y donde nacieron otras leyendas como Paul Gascoigne. Y como todo niño de la zona, soñó con ser el ‘9’ del Newcastle y emular a Alan Shearer y Jackie Milburn. Después de pasar por todas las categorías inferiores del club, la oportunidad de debutar con el primer equipo le llegó una semana después de cumplir los 18 años. Era 2007 y se trataba de un Newcastle con jugadores como Owen, Viduka, Ameobi o Martins en punta, por lo que fue complicado para el canterano tener minutos en ese par de temporadas.

Una trágica noticia para el club (el descenso a Championship) supuso su salto a la élite y la oportunidad de demostrar su valía. Porque se marcharon todas las estrellas y él, con 21 años, quedó como la primera referencia ofensiva. Había muchas dudas, pero no defraudó, y devolvió al Newcastle a la Premier gracias a sus 19 goles y 12 asistencias. El fútbol directo que construyó el equipo orientado a jugar exclusivamente para él fue muy difícil de descifrar para los rivales y su pareja con Kevin Nolan provocaba pesadillas a los entrenadores y defensores oponentes.

Tanto que, en su retorno a la Premier, las urracas confiaron en él como el 9 y Fabio Capello lo llamó para debutar con la absoluta de Inglaterra. Un par de motivos personales le habían manchado el expediente. Y es que, en un lío de faldas, acabó pegándose con su compañero Steven Taylor. Resulta que el central había estado filtrando con la ex novia de Andy y el asunto acabó con el defensa con la mandíbula rota y el delantero con fisuras en las muñecas. Días después, su entonces novia le había denunciado por agresión (aunque sería absuelto) y hasta el juicio, la vista dictaminó que debía vivir en casa de Kevin Nolan, que tenía que estar acostado antes de las 23h y que, una hora antes, debía estar en casa para leerle un cuento a los hijos de su compañero. Así estuvo tres meses, hasta enero.

A mediados de enero de 2011, poco después de su 22º cumpleaños, su vida cambió. Andy Carroll era muy feliz. Acababa de ser absuelto por los cargos de agresión a su pareja, el Newcastle iba noveno en Premier en la primera vuelta tras volver a la máxima competición y él estaba luchando por el Máximo Goleador, con 11 goles, solo a uno de los líderes, Tévez y Berbatov. Carroll, además, sumaba 8 asistencias, lo que le colocaban como el máximo generador de goles de todo el campeonato, con la desventaja de que, encima, no tiraba penaltis. Era el futbolista del momento. Mike Ashley, el dueño del Newcastle, le había citado para renovar su contrato, pero aquel día todo dio un giro brutal.

Nada más entrar en la oficina, sin siquiera recibir un hola de cortesía, Ashley soltó la bomba. “Te hemos vendido al Liverpool. Recoge tus cosas y márchate”. Durante años, Andy Carroll fue acusado de traición por su afición. La gente de Newcastle se suele sentir especial por encima de la media, tiene un sentido de pertenencia elevado y tiene que jugar en el club de su vida muy por encima de todo. Carroll, en cambio, fue obligado a salir por la puerta de atrás, casi sin despedirse. “Llegué allí ilusionado por renovar mi contrato y en cuanto entré en esa sala me quitaron todo lo que tenía. Yo no me quería ir, pero me obligaron”, confesó el futbolista años después.

La oferta del Liverpool superaba los 40 millones de euros y suponía el traspaso más caro de la historia de un jugador inglés entre equipos de la Premier. Era irrechazable para el Newcastle. Pero en Anfield nunca funcionó. Junto a él, aterrizó Luis Suárez. De hecho, los presentaron juntos. Eran los recambios de un Torres que había hecho las maletas para jugar en el Chelsea. En el Liverpool nunca apostaron a jugar en el estilo único que le servía a Carroll y terminó saliendo muy pronto, por la puerta de atrás y como un fracaso, con destino West Ham. Allí se iba a reencontrar con su amigo Nolan.

En el West Ham militó siete años y a cada cual peor. Los registros de lesiones dicen que se perdió cerca de 200 partidos en ese periodo. Es decir, casi 30 de media por campaña. Un drama. Problemas musculares, roturas de cruzados y de tobillos le dejaron más tiempo en la enfermería que en el campo. Jugó 142 partidos. Vamos, que se perdió más de los que jugó y, con todo, la sensación que terminó dejando en Londres fue positiva. El público le quería y añoraba lo que pudo ser y no fue.

Entre medias de todo esto, más episodios polémicos o controvertidos, como cuando el propio Capello admitió estar preocupado por la cantidad de alcohol que consumía, o como cuando dos individuos en una moto le intentaron robar el reloj de casi 300.000 euros a punta de pistola y terminó refugiándose en el centro deportivo del West Ham. O como cuando se presentó a la boda de su cuñada con el chándal del club, porque venía directamente de jugar.

Pero en verano de 2019 llegó el día que había deseado tanto. Su retorno a Newcastle. Tenía 30 años, un cuerpo que no aguantaba jugar al máximo nivel, y un sueño que iba a poder cumplir. «Jugar con el equipo de tu vida es un sueño. He estado estos 8 años soñando con el día en el que podría volver. Newcastle es la única opción para mí. Cuando me ponga la camiseta, la sensación será mejor que la primera vez», dijo en su presentación. Estuvo dos años en la plantilla, pudo jugar muy poco y apenas marcó un gol, pero sirvió de mentor para los más jóvenes y ayudó a un vestuario a adquirir sentido de pertenencia que hoy es de lo mejor de la Premier. Incluso, se ofreció para jugar como central y se lo rogó a Steve Bruce en una plaga de lesiones en la que el equipo estaba necesitado.

Sabedor de que su cuerpo no aguantaba ya el máximo nivel, abandonó el equipo en 2021, pasó dos años entre WBA y Reading y en 2023 firmó por el Amiens. Decían que no se iba a poder adaptar a Francia y la realidad ha sido todo lo contrario. De hecho, el verano pasado llegó a tomar la decisión más extraña. Ante el descenso del Girondins a cuarta división por temas económicos, se propuso como tarea hacer retornar al equipo a la máxima división.

Carroll rechazó ofertas para jugar en el fútbol saudí y otras también para retornar al fútbol inglés, tanto de Premier como de Championship y recaló en Burdeos. Donde, incluso, afirma que pierde dinero todos los meses. “El Girondins se ajusta a mi estilo de vida y de cómo entender el fútbol. Apenas gano muy poco y no me llega ni para pagar el alquiler de casa, pero no vine aquí por dinero”. Los informes del Girondins dicen que esa cantidad asciende a 1.600€ al mes después de impuestos. La temporada ha sido difícil. Él tardó en debutar, pues aún era jugador del Amiens en las primeras jornadas del campeonato. Cuando llegó, se echó el equipo a las espaldas. Y es que el Girondins había empezado con un mal pie cuyos puntos perdidos luego repercutirían en el devenir de la temporada.

Carroll, que firmó cuatro años, no piensa retirarse. En su cabeza solo está jugar hasta los 40 años y luego convertirse en entrenador. Quien sabe si, quizás, en solitario o formando pareja con Kevin Nolan, que ya ha empezado esa aventura. De momento, ese ascenso meteórico no podrá empezar esta temporada. Con dos jornadas para terminar el campeonato, el Girondins ya no tiene opciones de subir de categoría. Quiero recuperar todo el tiempo que he perdido por las lesiones y, aunque tenga 36 años, demostrar que puedo jugar”.

Periodista | Profesor | Deporte en general y fútbol en particular | 📚Escribí 'Atleti, historia de un despertar' | A veces hago hilos 🧵

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