Fue la gran revelación de la temporada pasada, pero cómo suele ocurrir con los equipos recién ascendidos, el segundo año suele ser el más difícil. La importancia de mantenerse en la élite, más si cabe ahora que ha llegado el profesionalismo al fútbol femenino español, pasa por superar ese segundo año bajo cualquier circunstancia. Deportivo y Éibar no lo consiguieron, pero el Madrid CFF es el mejor ejemplo posible (esta es su sexta temporada consecutiva en Primera tras ascender en 2018).
No lo ha pasado nada bien el Deportivo Alavés en este inicio de campaña que provocó además la destitución de Mikel Crespo, el gran artífice de lo vivido en Vitoria durante las dos últimas temporadas. Las Gloriosas habían sumado únicamente dos puntos de los primeros 27 en juego en la nueva Liga F. Era el único equipo que todavía no había ganado un partido (el Alhama se estrenó una jornada antes, en la novena) y era difícil ver un salto en la clasificación en poco tiempo, pues lograr resultados empezaba a ser imperioso.
Fue entonces cuando el club babazorro se puso en manos de una figura legendaria en el futfem español, pero que llevaba sin entrenar en la máxima categoría desde hace 12 años. Iñigo Juaristi, el técnico que ganó cuatro Superligas con el Athletic Club, llevaba años en el modesto Bizkerre, el equipo de sus inicios como entrenador y al que llevó a la 2ª RFEF la pasada temporada. Además, fue nombrado mejor entrenador del Grupo II. Además, por primera vez en su carrera como entrenador aceptó un proyecto con la temporada en curso. «Volver es ilusionante. En su día dejé de estar en el máximo nivel por decisión mía. Llevaba muchísimos años en el Athletic y el mensaje que transmitía ya no llega de la misma manera, y que los resultados no acompañan. La gente no me miraba igual. En el club me hacían ver que era la persona idónea, pero pensaba que tenía que apartarme a un lado para que el grupo creciera. La oportunidad de volver me ilusiona mucho», dijo Juaristi en su presentación.
El Alavés apostaba por un entrenador experimentado, con un bagaje espectacular, y sin necesidad de tener que adaptarse a la competición pese a sus 12 años fuera de la élite.» Hay cosas que cambian, pero en esencia el fútbol siempre es igual. Ha crecido el nivel competitivo de los equipos, pero los planteamientos y las situaciones de juego son las mismas. Se sufre igual cuando estás arriba que cuando estás abajo. Si no somos conscientes de que vamos a sufrir, dejamos de estar centrados en el presente. Vamos a vivir seguro momentos malos, hay que ser capaces de mirar adelante. Los buenos seguro que van a llegar».
Juaristi supo dar con la tecla desde el principio. Aunque su debut fue contra el todopoderoso FC Barcelona, donde encajaron una goleada escandalosa (8-0), el técnico vasco ha sabido darle la vuelta a la situación con victorias ante Betis y Sevilla, un empate frente al Sporting Huelva en La Orden (2-2) y el pase a octavos de la Copa de la Reina tras vencer al Real Oviedo en los penaltis. ¿Tiene una varita Íñigo Juaristi? «La verdad es que no», dijo entre risas en la rueda de prensa posterior al triunfo frente a las de Nervión. «Hay poco secreto. Lo que está mostrando este equipo ya lo tenía. Son momentos y hay que aprovechar los buenos. Hay que tener intensidad, ir fuerte a los duelos y tener suficiente calidad para generar cosas». El Alavés mejoró sobre todo en el aspecto defensivo, anulando al Sevilla (cuya ambición a principio de curso era estar entre los puestos de arriba) tanto por bajo como en el juego aéreo, aguantando el 2-0 logrado en los primeros 10 minutos.
Otra de las claves de este resurgir del Alavés tiene que ver con Sanadri. Sin apenas minutos con Mikel Crespo, para Juaristi es indiscutible, y ella le ha devuelto la confianza con rendimiento inmediato, En las dos victorias fue clave: marcó y asistió ante el Betis y asistió ante el Sevilla, sirviendo en bandeja el gol a Ane Martínez, con quien está formando una dupla de auténtico lujo.
Con o sin varita, el efecto que ha provocado Juaristi en el vestuario babazorro es de ilusión. El Alavés ya no es colista y se ha enganchado a la lucha por la permanencia situándose a un solo punto del Villarreal, a dos de Levante las Planas y a tres de Sevilla y UDG Tenerife. Este mismo fin de semana, auténtica final frente al Alhama Murcia. Mucho que ganar.