Noche de Champions League, noche de gala. La puesta de largo con las luces del Sánchez Pizjúan han dado inicio a otra eliminatoria apasionante, que ha significado el debut en Champions con el Sevilla para Stevan Jovetic, el montenegrino que aterrizó en la ciudad hispalense para recuperar la ilusión y provocarla a su afición. Un lobo que ha querido comerse al zorro.
Monchi parece haber dado en el clavo, con su puntería. Una vez más, el magistral ojo del director deportivo, que selecciona de manera exquisita para confeccionar un equipo competidor, el de un Sevilla que no siente pavor por estar ubicado en las alturas de La Liga, y haber empezado a jugarse ser uno de los ocho mejores de Europa. Palabras mayores en un continente que aglutina tanto talento, nombre y bolsillo. No es una tarea precipitada, sino de continuidad. De un scouting completo y preciso, y de un hombre que lleva 16 años gestionando acciones que implican fichajes de calidad y ventas rentables para el Sevilla FC.
Stevan Jovetic dejó el brazalete de capitán del Partizan de Belgrado para aterrizar en la ciudad del Renacimiento y deslumbrar con su talento en la Fiorentina. Cinco temporadas que son motivo de sobras por el cual el conjunto italiano deseaba volver a disponer de sus servicios esta temporada.
Abandonó la ciudad del talento, como si ésta hubiera retenido el suyo. El salto a la Premier League y los 30 millones que abonó el club citizen eran indicios de una aventura exitosa. Sin embargo, se convirtió en el anuncio de un declive. Las lesiones, y no entrar en los planes del esquema establecido, marcaron un camino que alejaba al montenegrino de ese joven de pelo largo que vestía la maglia viola. Volver a la Serie A tampoco fue motivo de reencuentro con esa promesa europea que se auguraba desde su primer paso por Italia. La consecución de la falta de oportunidades siguió presente en el club de los nerazzurri, donde su peso se desvanecía y los asuntos económicos ganaban consistencia.
Llegar a Sevilla debe suponer un respiro, un punto de inflexión y una dosis de esperanza para Jovetic. Nasri, antiguo compañero de Stevan, debería ser razón de ello. Jugador relegado a un segundo plano, que sonríe de nuevo al ver que su presencia en el terreno de juego vuelve a ser significativa. Banega, entre tantos, es otra referencia de jugadores que resurgieron en el club. Bajo los mandos de Sampaoli, Jovetic ha entrado con buen pie en Sevilla. Las cámaras fueron testigos de su espontaneidad, al manifestar que hablaba español por ver la serie de Los Serrano desde su país. Gesto natural que arrancó las carcajadas de los periodistas. Un tipo que cae simpático y al que se ve comprometido con su cometido.
El técnico argentino será relevante para despertar a un talento dormido. Con los años se pierde regate y velocidad, pero el fútbol es como ir en bicicleta, nunca se olvida. Y a Jovetic, le queda futuro por delante para hacer memoria.
Sampaoli juega ese papel fundamental por todo lo que traslada a sus jugadores, no sólo tácticamente. Es un hombre de garra e intensidad, que vive los partidos en la banda con un ímpetu que le caracteriza. Derrocha adrenalina por los poros de su piel y no disimula su manera de gestionar la tensión que le provoca cada partido. Ambicioso, líder de un proyecto que apunta alto y con personalidad, y un señor como la copa de un pino haciendo uso de la honestidad para hablar frente a los micros. Un Sevilla de juego vistoso, con acierto en sus cambios, y con un gen luchador que le implica hasta el último segundo de los encuentros, donde ha ganado varios pulsos.
El debut no pudo ser mejor soñado para el jugador. Unos inicios que satisfacen al entrenador y vuelven a dar la razón a las decisiones del director deportivo, los números rubrican la afirmación. Dos partidos de gran exigencia frente al líder de La Liga, en Copa del Rey y en la competición doméstica. El primero reflejó la insistencia de no dar nada por perdido, donde Jovetic vio portería, bastándole solamente ocho minutos de juego. También fue protagonista en la jornada de liga frente al conjunto blanco, al lograr anotar el gol de la victoria en última instancia. Ha necesitado poco tiempo para convertirse en un nuevo ídolo de la afición sevillista, orgullosa del buen momento que atraviesa el equipo.
En ocho encuentros que ha disputado, cinco como titular y tres como suplente, ha firmado tres goles y cuatro asistencias.
Es un plus para Sampaoli, la pieza clave para completar el rompecabezas del terreno de juego. Un delantero polivalente que puede jugar en punta, media punta y en los extremos, con gran asociación y lectura del juego. Una rápida visión para ejecutar a la perfección. Omnipresente, con la calidad de colocar pases al pie, y el valor añadido de un apetito desmedido por devorar la portería y volver a ser un nombre de referencia.
Según indica Transfermarkt, en la última revisión evaluada a principios del mes de enero, fija su valor de mercado en los diez millones de euros, cifra devaluada desde el desembolso del Manchester City. Veremos como se define la gráfica con el paso del tiempo. Ha llegado en calidad de cedido, con opción de compra de 14 millones. En los tiempos que corren, tal y como se establecen las cifras del mercado, comprar a dicho jugador por esta cuantía, con un rendimiento como el que viene ofreciendo, sería un regalo envuelto y con lazo. Algo que la afición ya empieza a reclamar. Jovetic se ha ganado a la grada, otro factor positivo.
En el partido ante el Eibar en Liga y frente al Leicester City en Champions League, partiendo en ambos como titular, ha dejado detalles exquisitos y la evidencia de estar a un gran nivel para ser vital en el juego ofensivo de Sampaoli.
Jovetic tiene mucho a favor, y mucho trabajo realizado y demostrado, para que el hallazgo de sus virtudes sea un hecho. Su capacidad y la confianza de un club que le ha acogido. Como Monchi apuntó: “En Sevilla encuentran el cariño”.
Probablemente es ese cariño dispuesto a cubrir carencias, la luz de un dorsal con tanto sentimiento, y una afición que se pone en pie, lo que le hace sentir que ha llegado a un hogar donde es fácil desear quedarse.
Sampaoli indicó este martes sobre su jugador que: “Todavía no ha dado lo que él realmente era, tiene que recuperar el nivel de la Fiorentina para que un jugador de su calidad se reencuentre con su mejor versión”.
Las exhibiciones del montenegrino manifiestan con aplomo que Jovetic es, de largo, el mejor refuerzo de este invierno.
El fútbol es mucho más que noventa minutos de juego, en él se esconden historias fascinantes, y cuando se trata de relatos que recuperan el estatus de un jugador, es todavía más emocionante. Ver a Jovetic resurgir es un auténtico regalo para el espectador.
Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos
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