El Athletic tiene una filosofía particular, única en el mundo. Una tradición con más de 100 años de historia y el orgullo de una afición que se siente diferente.
Sin embargo, la peculiar filosofía del conjunto bilbaíno también ha recibido críticas. En más de una ocasión he leído/oído comentarios acerca de que el Athletic es un club racista, que su restrictiva política de jugadores se debe a una tradición anticuada y xenófoba no adaptada a los nuevos tiempos. Sin duda se trata de unas críticas basadas en el desconocimiento, pero el 20 de Noviembre de 2011 esas críticas quedaron en el olvido. Aquel día algo cambió en el Athletic, aquel día debutó Jonás Ramalho, el primer jugador de raza negra en vestirse la elástica rojiblanca. Hijo de un angoleño y una vasca, el futbolista nacido en Barakaldo hizo historia en el Sanchez Pizjuán.
Trayectoria
Canterano del club desde el 2003, Ramalho se convirtió en una de las mayores promesas de Lezama. Convocado por Caparrós para un amistoso en Amorebieta con tan solo 14 años, el central o lateral se convirtió en una de las mayores esperanzas para reforzar una defensa que en aquella época carecía de referentes. Internacional en categorías inferiores (ganador de los Europeos sub-19 de 2011 y 2012), se afianzó en el filial bilbaíno hasta debutar a las órdenes de Bielsa.
Su entrada en el primer equipo fue lenta hasta que la llegada de Valverde provocó que hiciera las maletas por primera vez. El defensa se marchó cedido al Girona durante dos temporadas en las que se convirtió en una pieza clave en un aspirante al ascenso. Pero en la jornada 39, en plena lucha por el ascenso directo (que finalmente obtuvo el Sporting) el infortunio se cruzó en su camino: Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y un mínimo de 6 meses de baja. El Athletic, en un gesto que le honra decidió renovarle por una temporada, en la que podría recobrarse y volver a recuperar el ritmo de competición en el filial.
Tras eliminar al favorito Cadiz el Bilbao Athletic ascendió a Segunda División por primera vez en 20 años; la ilusión en la villa era palpable, pero la trayectoria de los cachorros en la categoría de plata ha sido dura. Pese a la interesante propuesta de juego de los pupilos de Ziganda, siempre intentando dominar a través del balón y ser protagonistas, la inexperiencia y los errores defensivos se convirtieron en una losa demasiado difícil de superar. Ramalho, una vez recuperado, aportó su experiencia al eje de la zaga; se convirtió en una pieza clave en la segunda vuelta (demostrando que se encontraba totalmente recuperado de la lesión) y junto a Aketxe (que reforzó al filial desde el primer equipo) contribuyó a la mejora del equipo en la segunda vuelta. Pese a todo, el equipo descendió.
El adiós
La retirada de Gurpegui y la posible marcha de Laporte (con el Manchester City de Guardiola muy interesado en sus servicios) parecían abrirle de nuevo las puertas de San Mames. En opinión de quien escribe, Jonás era una incorporación necesaria, ya que su experiencia parecía ofrecer más fiabilidad que la mostrada por los jóvenes Yeray Álvarez y Oscar Gil en el filial. Pero Valverde ha preferido a los dos cachorros del 95 para hacer la pretemporada y Ramalho ha tenido que hacer la maleta por segunda y quién sabe si última vez.
Tras 13 temporadas en el club de su vida, Ramalho dice adiós. Su debut ayudó a eliminar una creencia desacertada y a derribar una barrera que facilitaría la llegada de nuevos jóvenes de raza negra (caso de Iñaki Williams, ya asentado como indiscutible). Ambicioso, el jugador espera encontrar acomodo en algún conjunto de primera división y asentarse en la élite. Quién sabe si, como han hecho muchos otros (Beñat, Rico, Balenziaga o Etxeita) algún día volverá; el jugador prefiere no pensar en esa posibilidad, pero tiene una cosa clara, el Athletic es y siempre será su casa.