De hito en hito. Así aumenta la leyenda de Jon Rahm, un golfista que pasea con calma pese a las constantes comparaciones con Seve Ballesteros. Que hablen y griten lo que quieran los demás. Que azoten, si quieren, los críticos. Es cierto que sus últimos meses no han sido buenos, pero el español se enfrentó a sus miedos y levantó por tercera vez el Open de España. Ya ha igualado a su ídolo cántabro.
El de Barrika, muy serio durante todo el campeonato, terminó con la tarjeta más baja de la historia (-25). «No tengo palabras para describir cómo me siento. Igualar a mi ídolo en tan poco tiempo era uno de mis grandes sueños. Soy consciente de que quizá este no sea un campeonato con el mejor plantel de la temporada, pero hay que venir a Madrid y ganar, y eso es lo que he hecho. Estoy más que orgulloso de lo conseguido», comentó tras levantar el trofeo.
Rahm, durante toda la semana, fue perseguido por una marea de aficionados que no pararon de animarle. No dudó, por supuesto, en agradecer a los seguidores: «Hacer una semana así ante este público es una gozada. No hay semana más divertida para mí que esta. El ambiente ha sido increíble, aseguró.
Para concluir, dejó la esperanza de volver a alzar algún gran título: «El próximo reto es conseguir un segundo Grand Slam y seguir sumando. Ojalá fuese el cuarto español en ganar en Augusta».
Imagen de cabecera: @accionaopen