De Jérémy Mathieu se destacó su altura y su velocidad cuando aterrizó en la Ciudad Condal. Y es cierto. Solo ha despuntado en esas dos condiciones físicas: sus 192 centímetros y sus más de 34 km/h que consigue alcanzar –solo siendo superado por Neymar–.
Pero ser alto y veloz no deberían ser las únicas premisas para poder jugar en la zaga del conjunto azulgrana. Y si me apuran, de ningún equipo de la élite futbolística. La anticipación, la salida de balón, la visión de juego, el corte defensivo… Son algunas de las características en las que debería tener matrícula de honor cualquier defensa del Barça. Sin embargo, Mathieu, a duras penas, ha llegado al aprobado en ellas.
El mayor problema del galo es la apatía que muestra en el terreno de juego. Da la impresión que el partido no va con él y que le es indiferente el resultado que refleja el luminoso. Si además le añadimos una clamorosa dificultad para jugar con su pierna diestra, obtenemos un central cuyo nivel dista mucho del que debe tener un jugador del Barcelona.
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De todas maneras, en este texto no va a haber solo palabras de desagradecimiento a Mathieu. La liga de la temporada 14/15, la primera de Luis Enrique, lleva su firma con letras de oro. De no ser por él, los azulgrana no habrían obtenido su vigésimo tercer campeonato nacional. Mathieu fue el encargado de abrir la lata en el clásico del Camp Nou. Con un resultado final de 2-1, su gol fue vital para conseguir los tres puntos. En la jornada siguiente, el Barcelona visitó Balaídos y obtuvo un ajustado 0-1. ¿Recuerdan quién fue el autor del único tanto? Efectivamente, Jérémy Mathieu dio los tres puntos al Barça.
Y sí, es verdad. A un defensa central no se le puede valorar por su acierto de cara a gol. Los zagueros no son los encargados de perforar la portería rival, sino de evitar que perforen la suya propia. Pero también es de justicia reconocer el mérito del defensa que golea.
En mi humilde opinión, la aventura de Mathieu en Can Barça debería haber acabado la primera temporada, aunque entiendo que siguiese una segunda. No obstante, espero que esta tercera haya servido para que la directiva azulgrana abra la puerta a la salida del francés. ¿Siguen creyendo que debería seguir una temporada más? Echen un vistazo a su actuación ante el Deportivo Alavés en casa, ante el Celta de Vigo a domicilio o ante la Juventus de Turin en el estrepitoso 3-0.