REDACCIÓN – Ser aspirante a ganar una liga no debe ser tarea sencilla, ni siquiera fácil. Aspirar a ganar la Premier League de forma casi omnipresente, siendo un invitado (privilegiado) casi continuo año tras año.
Partir con el cartel de favorito. Partir con la etiqueta de aspirante a ganar la liga inglesa es para el Arsenal una tradición que ya casi se ha convertido en algo habitual verano tras verano. Sin embargo, siempre acaba en vacío, en silencio, en una espera que ya dura más de diez temporadas sin acabar levantando el trofeo inglés.
Sin embargo, un hándicap. Una barrera que (negativamente) ya se ha convertido en algo habitual, en algo que casi vive dentro de la dinámica deportiva del club, del equipo, y que comienza a preocupar muy seriamente. El club del norte de Londres vive una preocupante racha de lesiones por temporada que dura ya demasiado. Año tras año, temporada tras temporada.
El conjunto dirigido por Arsène Wenger sufre una seria dinámica de problemas físicos, en todos sus ámbitos, que se traduce en numerosas lesiones, y que evidentemente se convierte en ausencias temporales de futbolistas. Estas bajas deportivas, evidentemente, pueden ser una de las claves del rendimiento Gunner los últimos años.
La última lesión relevante la ha sufrido el centrocampista alemán Mesut Özil, que no volverá a los terrenos de juego hasta el próximo año 2014. Un periodo extenso, largo, que privará al conjunto londinense de contar con los servicios de uno de sus mejores futbolistas. Pero el germano es sólo un caso de una larga lista que hace plantearse en el Emirates Stadium preguntas sobre las verdaderas causas.
Las cifras son rotundas. Desde el año 2002, el Arsenal ha sufrido un total de 888 lesiones (con sus matices, desde un esguince leve a una rotura de peroné, pasando por una sobrecarga muscular), con una preocupante media de 74 por año. El dato es absoluto. Algo pasa ahí. Todavía más cuando sus datos se comparan al de resto de aspirantes al título.
Teniendo en cuenta el periodo establecido entre 2002 y 2014, el Manchester United es el segundo equipo con más lesiones (791), Tottenham (785), Everton (661), Chelsea (619), Manchester City (594) o Chelsea (550). La diferencia es considerable, y alguna causa debe existir.
Es curioso cuando entran, además, más datos, algo más particulares. El caso de Özil, que llegó al Arsenal la pasada temporada, muestra cifras contundentes desde que llegó a Londres. El alemán estuvo lesionado en el Schalke 7 días (en dos temporadas), 29 días en las filas del Werder Bremen (en cuatro temporadas) y ninguno en su etapa como jugador del Real Madrid (en cuatro temporadas). Sin embargo, su llegada al Emirates ha dado un vuelco contra todo esto. En el Arsenal, en menos de dos temporadas (teniendo en cuenta el periodo establecido por su actual lesión) sumará un total de 133 días. Más que todas las temporadas anteriores juntas.
La lista actual de lesionados que no están a disposición de Arsene Wenger en la primera plantilla del Arsenal está formada por Ospina, Debuchy, Chambers, Ramsey, Arteta, Walcott, Gnabry, Giroud y Özil. Una lista extensa, que limita mucho las aspiraciones del equipo, y que mantiene una dinámica seria ya casi adaptada, casi asimilada como algo habitual y normal, pero que nuevamente merma a una plantilla que, en tan sólo siete jornadas disputadas, ya mantiene una distancia respecta al líder Chelsea de nueve puntos.
Özil es el último protagonista de una lista que sigue creciendo, que sigue siendo habitual, y que comienza a cuestionar seriamente si los métodos deportivos y de preparación física del staff del Arsenal son óptimos y acertados.
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